A lo largo de esta semana se sumarán dos caras nuevas a las órdenes de Nuno. Salva Ruiz y Tropi, dos futbolistas de la brillante generación del ´95 que lidera Gayà, se incorporan para competir dentro del sistema de trabajo primer equipo y tendrán la oportunidad de convencer a los técnicos. Quizá el más conocido de los dos sea Salva, lateral izquierdo del Mestalla, que con solo diecinueve años parece todo un veterano. Y es que desde que llegó al Valencia ha trazado una progresión fulgurante. Los captadores de Paterna lo llamaron cuando tenía 8 añitos pero desechó la oportunidad porque quería quedarse a jugar con sus amigos en la escuela de fútbol de Albal, su pueblo. Dos años después el Valencia volvió a llamar a su puerta como también lo hizo el Salgui, el Villarreal y el Levante, con el que incluso llegó a disputar varios partidos amistosos. Acabó incorporándose a la cantera del Valencia.

Lo fichó Ximo Tribes para el Alevín B y su primer entrenador en la escuela fue Juanlu. Captó la atención de los ojeadores alternando la posición de mediocentro con la de central pero en su primer año como valencianista ya se hizo un hueco en el carril zurdo, donde siempre ha sido un fijo en las categorías inferiores de la selección española, incluso por delante de Gayà. A los quince años Salva ya era internacional con el combinado Sub´16 y Sub´17 pero de pronto los doctores detactaron una anomalía en su corazón. Su ritmo cardíaco se aceleraba más de lo normal y se le sometió a una operación delicada de una de las arterias coronarias. Los médicos siempre le garantizaron que podría volver a jugar al fútbol. Estuvo cinco meses parado, de noviembre a marzo, y recuperó su nivel. Volvió al Cadete B para tratar de acoplarse de nuevo a la dinámica de competición y no tardó en subir al Cadete A, con el que quedó campeón esa misma temporada.

Un campeón de Europa

Siendo cadete, el Inter quedó prendado de sus cualidades y trató de llevárselo pero el Valencia hizo una apuesta fuerte por él y logró retenerlo. No pasó por el Juvenil B, a los dieciséis debutó con el filial a las órdenes de Vicente Mir y ese mismo verano, después de proclamarse campeón del Europeo Sub´19 con la Roja junto con Alcácer y Bernat realiza su primera pretemporada con el primer equipo. Juega una temporada en el filial para consolidarse en Segunda B y a la vuelta de la gira de pretemporada por Estados Unidos se va cedido al Tenerife, una experiencia que le sirvió para curtirse a pesar de que el técnico, Álvaro Cervera, se decantó por un lateral más veterano y no le dio apenas minutos. Allí pasó seis meses antes de volver al filial, donde ha recuperado su mejor versión a las órdenes de Curro Torres. Su buenrendimiento deportivo siempre ha ido acompañado del académico (sacó el bachillerato con matrícula de honor), tiene muy claras cuales son sus prioridades e incluso llegó a plantearse dejar el fútbol porque casi no podía compatibilizarlo todo. Ahora estudia Educación Física por las tardes.

A imagen de Albelda

Ese es precisamente un aspecto que comparte con Tropi, que alterna durante estos días los exámenes de la carrera de Ingeniería de Agrónomos con los entrenamientos y partidos del Mestalla. El centrocampista, que este pasado fin de semana marcó un golazo ante Huracán, llegó a la cantera siendo benjamín de primer año (con solo siete años de edad) procedente de la escuela de fútbol de San Antonio Benagéber, donde comenzó a jugar a los cuatro años. Allí pegó sus primeras patadas al balón siendo delantero, una demarcación en la que continuó desempeñándose a lo largo de su primera temporada como valencianista pero pronto pasaría a jugar como mediocentro. Capitán en todas las categorías desde cadete, ha sido siempre un fijo en la selección valenciana y los que lo conocen lo definen como un jugador de club, de los que sienten el ferro. Desde pequeño su referente ha sido Albelda. Con el ´6´ a la espalda, guardando la posición y transparentando valencianismo por los cuatro costados, como él. Su nombre es Carlos Carbonell. Eso dice su carnet de identidad, aunque en Paterna todos lo conocen como Tropi, que es como lo llama su madre.

En su primera temporada con el filial se ha adaptado rápidamente y sus compañeros coinciden en que es el futbolista que más ha evolucionado de la plantilla. A principio de temporada, como la mayoría de los de su generación, tenía un protagonismo muy medido en las alineaciones. Nunca dudó que le llegaría la oportunidad y ahora es indiscutible en los esquemas de Curro. Comenzó a jugar con Salva en alevines pero este fue el primero de la quinta del ´95 en dar el salto a una categoría superior. No cabe la duda: en la Academia hay materia prima.