La renovación de Alcácer, la explosión de Gayà, la llegada al primer equipo de Tropi y Salva Ruiz o el salto al Mestalla de Fran Villalba y Lato son la consecuencia tangible de un modelo pensado para tener efecto a medio-largo plazo, pero cuyo impacto ya está produciendo resultados en el presente. El momento de Paco y Gayà funciona como bandera del buen trabajo de base hecho en la Ciudad Deportiva, corregido y potenciado durante el último año y medio. Ha habido un giro. La dupla representa el éxito, el punto de engarce en el último eslabón dentro de un proyecto total e integrador. Pero no se trata ´sólo´ de sacar futbolistas, sino de ofrecerles el mejor contexto posible para crecer brindándoles la oportunidad de llegar al primer equipo para después lanzarlos. Captar, formar y promocionar. Carles Gil, Fede, Rober o Jaume también son elementos destacados dentro de ese circuito. La Academia es un concepto cargado de energía en todas las direcciones. Su fuerza se siente en el mando de Amadeo Salvo, en el empeño de Rufete y en el trabajo de todos los técnicos de Paterna. Si bien, va más allá de los límites físicos del campo o las paredes de un despacho. La idea forma parte esencial de la identidad del club y sus patrones recorren cada estación, desde querubines hasta la primera plantilla. Los hechos están refrendando todo ese discurso.

La estabilidad es determinante. El club cuenta con una estructura bien armada. Ahora hay un entrenador respaldado por tres años de contrato, que no está sujeto a los vaivenes del resultado puntual y comparte la filosofía global. Su mentalidad es clave dentro el proceso porque está totalmente abierto a invertir tiempo, esfuerzo y entrenamientos en pulir chavales. Lo tiene tan asimilado que Ian Cathro „uno de sus ayudantes„ trabajó en el desarrolló de talentos para la Asociación Escocesa de Fútbol.

Integración total

El cuerpo técnico ha sido consciente de la calidad de La Academia desde el primer kilómetro. Durante la pretemporada, Nuno quedó impresionado por las condiciones de Rober y le abrió las puertas del equipo. El extremo aprovechó la oportunidad de la pretemporada y se ganó seguir. La cesión al Granada no es un corte sino otro paso en su proceso de maduración: necesita minutos. Lo mismo que Fede Cartabia. Todavía con Braulio, el argentino convenció a Djukic y luego tuvo muchos partidos con Pizzi. Todavía por cuajar, el club entendió el verano pasado que su ´espacio´ le correspondía a Carles Gil (prestado con éxito al Elche dos cursos), desde hace unas semanas en el Aston Villa tras no cuajar en Mestalla. El sistema amamanta jugadores de primer nivel, que pueden asentarse en el Valencia o producir beneficios económicos.

Ahora es turno para Tropi y Salva Ruiz. En el primer entrenamiento, Nuno les transmitió que estaban ante una gran oportunidad y con trabajo podrían llegar a ser como el resto de jugadores de la primera plantilla. Tienen espacio reservado para ellos junto al resto de profesionales, concretamente al lado de André Gomes. El entrenador santotomense es muy cercano a los futbolistas y conoce a todos los jugadores de La Academia. Ese interés tiene que ver con una mentalidad de club sin precedentes en la última década. No hace tanto, Rober, Jaume y Gayà se cambiaban en el vestuario del filial antes de participar en los entrenamientos del primer equipo. Lo mismo sucedía en la época en la que Míchel Herrero. Con Unai Emery, Isco se quedaba fuera de las charlas tácticas. Igual que Alcácer, a los que se utilizaba como simples elementos de relleno en los entrenamientos. Los pequeños detalles son los que marcan grandes diferencias.

Cadena de méritos

Hay una cadena dentro de una metodología. El salto de Tropi (mediocentro) y Salva Ruiz (lateral izquierdo) del Mestalla al VCF ha sido acompañado por el paso de Fran Villalba (medio ofensivo) y Lato (carrilero zurdo) del Juvenil A al filial. En la elección ha pesado el voto de Curro Torres, la lógica de su demarcación y la meritocracia. Villalba y ´Latinho´ ha brillado en esta campaña bajo el mando de Rubén Baraja. Premio al trabajo y un ejemplo para el resto, como Tropi o Salva o Paco y Gayà. Hay un camino que seguir. Una motivación muy potente para todos cuya influencia se deja sentir positivamente en la marcha de todos los equipos. La maniobra es ejemplar. Curro los conoce a la perfección, primero porque los ha entrenado, y segundo porque entre los técnicos de La Academia se respira fútbol, se ve mucho fútbol. Los partidos de cualquier categoría son cita obligatoria.

La oportunidad de mostrarse

Cuando Juan Bernat optó por marcharse al Bayern, el Rufete ya tenía listo el recambio: José Luis Gayà. Esa apuesta sintetiza a la perfección el objeto del proyecto. Aunque fenómenos como el de Pedreguer ocurren una vez cada diez años (directamente del filial al primer equipo con 19 años), el lateral se ha movido en un escenario muy diferente al que saborearon sus predecesores. Con la competencia de Lucas Orban, su explosión responde a tres factores: la posición del club, la confianza de Nuno y su talento superlativo.

Ahora hay un Valencia fuerte. Con una línea de actuación clara y con las herramientas necesarias para evitar casos como el de Isco. El fenómeno del Madrid se marchó víctima de un contexto poco fértil para los canteranos. La dirección deportiva no tenía peso y se encontró con un entrenador con poca vista, cegado también por la exigencia de los resultados a corto plazo. Cuando hay un chaval con materia prima, lo importante es que tenga la oportunidad de triunfar o fracasar. Eso no lo tuvo Isco.

Nuno lo resumió perfecto hace una semana: «Estar preparando un Valencia para los próximos años implica lo que es la Academia». La renovación de Paco Alcácer es sólo la punta del iceberg detrás hay un proyecto con una identidad clara.