«Mi madre murió hace poco y lo que más le gustaba era leer, la poesía y los viajes. Ahora viaja conmigo€ he unido sus deseos a los míos». Gustavo Hoyos, marinero de profesión y valencianista de corazón, partió a principios de febrero hacia Tailandia con dos metas que alcanzar, un par de obsesiones que rondan su cabeza. Cumplir con lo que había prometido a Hortensia „su madre, fallecida con 98 años„ y conocer en persona al propietario del equipo de sus amores, el singapurense Peter Lim.

La aventura corre por las venas de Gustavo. Este intrépido valenciano, criado en el barrio del Pilar, cruzó el Atlántico en 2009. «Es un valiente, un crack€ que ahora va a dar otro ejemplo al mundo de que los valencianistas somos una gran afición», así define su buen amigo José Puchades a un hombre que el mar lo ha llevado a vivir sin un puerto fijo. En la actualidad reside a caballo entre Valencia y Marbella, donde trabaja como patrón de barco. A su nuevo reto lo ha llamado la ´Petergrinación´. Es el nombre con el que ha bautizado al grupo de Whasapp en el que está compartiendo con los suyos las experiencias al otro lado del planeta.

«Unas semanas después de que muriese mi abuela él estaba muy afectado, así que mi hermano y yo le aconsejamos que hiciera ese viaje pendiente, que despejara un poco la mente y conociera aquella parte del mundo», relata uno de sus hijos, Noah. «Tenéis razón. Lo haré y antes de regresar voy a ir también a Singapur a ver a Peter Lim, quiero estrecharle la mano», les contestó. Pensat i fet, como dice el dicho valenciano, Gustavo no tardó en pisar las calles de Bangkok tras una escala previa en el aeropuerto de Estambul. Primero invirtió unos días para coger fuerzas, descansando entre la capital de Tailandia y la vecina Pattaya junto a un amigo que vive allí, y poder planificar su peregrinación. Luego el marino marchó al templo que tanto emocionaba a su madre desde las páginas de los libros, Angkor Vat, situado en la ciudad camboyana de Siem Reap.

«Este es un viaje que mi madre deseaba hacer. Me dejó un dinero para emprenderlo juntos, pero ella ya era muy mayor y me dijo: ´Si me muero, haz tú el viaje, hijo, hazlo en mi honor´», explica Gustavo desde el corazón de Camboya en el vídeo que envió al grupo de Whasapp y que se extendió a través de internet, redes sociales y la web de Superdeporte. «Yo ya tenía esa idea de ir a ver a Peter Lim a Singapur, era una cosa distinta, luego pensé con mis hijos en la voluntad de su abuela y como le hubiese gustado estar aquí y poder ver Angkor Vat€ Este es el comienzo, por mi madre, y el fin será agradecer a Peter Lim que haya comprado el Valencia y en los próximos cinco años vayamos a triunfar en el mundo», añade el protagonista antes de mostrar su camiseta blanquinegra con el ´1´, el nombre de Lim a la espalda y el lema de ´GloVal Respect´.

El billete de vuelta a Valencia lo tiene preparado para el 12 de marzo. Entre el 8 y el 9 del próximo mes Gustavo estará en Singapur con tal de hacer realidad su sueño, charlar unos minutos con el máximo accionista del Valencia. Con ese destino en mente retomará la aventura este miércoles, descenderá el río Mekong en una embarcación hacia la capital Phonm Penh, que le acercará al Golfo de Tailandia para bordear la costa de vuelta a Pattaya y Bangkok. Unos 1.400 kilómetros le separarán de la casa de Lim. Con la maleta nuevamente cargada, desde allí continuará con su ruta hasta la anhelada Singapur. Habrá paradas en las exóticas Samui y Phuket y, previsiblemente, en Kuala Lumpur.

«En barcos, en avión, en autobús€ Como sea, pero estaré en Singapur», dice este audaz valencianista al que la mundología y el mar le han enseñado a defenderse en cinco idiomas. «Espero que me ayudéis a lograr esta meta para que Peter Lim me reciba», concluye, a la espera de que su historia y deseos lleguen también al magnate.