El Barça ha reorientado su plan de juego: ya no es todo cuestión de coco. Ahora también se glorifica su capacidad de sufrimiento, el esfuerzo físico y la resistencia de sus defensa. En los últimos partidos, las crónicas han insistido en la intensidad como valor principal por encima del juego combinativo. Este FC Barcelona maneja las transiciones rápidas; con Luis Enrique ha aprendido a ser más vertical y a resolver con acierto los detalles en las áreas. Puede arrollarte a través del balón, pero también puede liquidarte con una acción a balón parado o cazarte al contragolpe.

"Nos juzgarán por el resultado", ha llegado a pronunciar el entrenador asturiano. Brillantez y eficacia guardan ahora el mismo valor. Los azulgrana se han zambullido en un territorio de valores nuevos y peligrosos, conscientes (eso sí) de la capacidad de golpeo que la mezcla de Neymar, Messi y Luis Suárez les proporciona. El Valencia ya sabe que en el Camp Nou se medirá ante un rival que maneja su mismo idioma competitivo. La cuestión es comprobar si efectivamente lo habla con fluidez o todavía balbucea.

En Barcelona habrá cruce de fuerzas competitivas. La propuesta no debe infundir temor pese a los resultados recientes ante Real Madrid o París-SG. Precisamente porque el Valencia de Nuno es un bloque levantando a partir de la intensidad, la solidez y la determinación. A partir de ahí es muy capaz de alcanzar la yugular del enemigo. Los números son concretos: los valencianistas están mejor preparados para triunfar en la batalla de la intensidad. Los marcadores del MediaCoach dicen que el Valencia es más fuerte en conceptos defensivos y cuenta con unos parámetros físicos más potentes. En remate, asistencias y construcción, manda el Barça. Lionel Messi es el futbolista con más puntos totales del campeonato. Si bien, luego tiene al resto de sus compañeros a una buena distancia. Cotejando las plantillas de Valencia y Barcelona, después del ´10´ azulgrana mandarían en esa clasificación cruzada los Otamendi, Parejo, André Gomes y Javi Fuego. Luego llegaría el turno para Jordi Alba. ¿El motivo del auge valencianista? El equilibrio, la regularidad, la estabilidad y la fuerza del vestuario. El protagonismo (y la responsabilidad) se reparte entre distintos actores, cada uno con su importancia dentro de una cadena.

Un bloque cooperativo

Son estadísticas frías. Si bien, concretan sensaciones. Por ejemplo, el vigor del eje Javi Fuego-Parejo-André Gomes como motor del equipo o la solidez de la retaguardia que comanda ´Otakáiser´. No es sólo el MediaCoach. Según la compañía de datos Opta Stats, la retaguardia blanquinegra y la sala de máquinas tienen mejor ´nota media´. No es una cuestión sin sustancia. Así se siente y así se refleja.

El Valencia es un bloque cooperativo, para defender y atacar. Así se evidencia en el reparto de goles: la defensa aporta 10, la medular lleva 27 y los delanteros suman 17. En el Barça, Messi actúa como mente y brazo ejecutor. Todo lo engulle su tridente: 67 roscos han firmado Neymar, Messi (34) y Suárez; la media lleva siete y su retaguardia, ocho. El cuadro de Luis Enrique trabaja para favorecer su punto más determinante, por convencimiento o por exigencias del guión.

Se terminó el falso ´9´

Más allá de lo obvio, Barragán, Mustafi, Otamendi y Orban tendrán delante a Neymar, Suárez y Messi. Los duelos individuales serán decisivos, pero también el funcionamiento en bloque. No sólo basta con desconectar el circuito de pases entre el centro del campo del Barça y su ataque. Ahora, un balón largo hacia Luis Suárez es motivo de agitación. Si bien, ese escenario es el que más conviene al Valencia por la fuerza de sus defensores ante ese registro. El desafío del Camp Nou es realmente potente. El FC Barcelona tiene la cuota de pegada más alta del momento. Las dudas y los titubeos los supera martilleando al rival; ha pasado del ´falso nueve´ al nueve auténtico con Luis Suárez. El espíritu guerrero del charrúa, su verticalidad e instinto depredador tienen cada vez más influencia en la personalidad azulgrana. Otamendi, Orban, Mustafi, Fuego, André, Parejo o Alcácer tienen carácter suficiente para contrarrestarlos. El Valencia conoce sus armas y debe explotarlas en territorio culé.