En un deporte repleto de declaraciones sin sustancia y titulares embotellados, Lay Hoon Chan presentó a Aymen Abdennour dando en el clavo: «Lo veo un chico muy perfeccionista». Lejos de lo que puede parecer un tópico a primera vista, la afirmación de la presidenta subraya uno de los valores esenciales en la personalidad del central tunecino. ‘La Roca’ ha ido tallando su trayectoria desde el trabajo constante, la progresión permanente y las ganas de evolucionar. Siempre tuvo unas cualidades físicas por encima de la media, pero cada paso al frente en su carrera tiene como principio su disciplina y pasión. Con 26 años, está en un punto de madurez óptimo y todavía tiene margen para seguir mejorando.

«Será un central de nivel superior porque es un perfeccionista, a veces se presiona demasiado. Aymen quiere ser el mejor, pero necesita calma». Gernot Rohr insiste en el discurso de Lay Hoon. En diciembre de 2014, el entrenador franco-alemán trataba las claves de la explosión de Abdennour para la revista gala So Foot. El entrenador que llevó al Girondins de Burdeos a la final de la Copa de la UEFA de 1996 con jugadores como Zinédine Zidane, Christophe Dugarry o Bixente Lizarazu, dirigió al zaguero valencianista durante un año en el Étoile du Sahel. El actual seleccionador de Burkina Faso es una figura clave en su lanzamiento. Rohr fue quien recomendó a Klaus Allofs —entonces director deportivo del Werder Bremen— el fichaje del zaguero tunecino en 2010. Con 21 años, todavía no estaba listo para la exigencia de un equipo de Bundesliga diseñado para competir en Champions. Naldo y Mertesacker eran los centrales titulares y Thomas Schaaf no pudo brindarle continuidad ni confianza. Regresó a casa y finalmente encontró el contexto perfecto para romper en Europa a través del Toulouse FC galo.

Cambio de carrilero o central

Nació como atacante y poco a poco fue reciclando su naturaleza, primero como lateral izquierdo y finalmente como central. Su camino no ha sido sencillo. Rompió muy joven en un club grande en Túnez y formó parte del grupo que conquistó la Champions africana en 2007. Si bien, su explosión coincidió con la presencia de Rohr en el banquillo. Había mostrado cualidades enormes, pero no era adorado por la grada… Hasta que se asentó como marcador. Rohr aprovechó su potencia en carrera, juego aéreo y determinación.

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Quienes han seguido su carrera de cerca hablan de Aymen Abdennour como un futbolista ordenado y realmente combativo. Gernot Rohr fue claro en So Foot (diciembre de 2014, antes de su explosión definitiva en Mónaco): «Tiene una mentalidad excepcional; es generoso, educado y con una gran calidad humana». Cuando el técnico franco-alemán dejó el Étoile du Sahel, Abdennour le acompañó al aeropuerto a las 04:00 horas desde Susa a Túnez capital, casi dos horas en coche. Se sentía en deuda con él.

Continuidad y confianza

Sus primeros pasos a las órdenes de Jardim en Mónaco tampoco fueron sencillos. Le costó romper la dupla Raggi-Carvalho. Tras brillar durante dos años y medio en Toulouse, hasta aparecer en las agendas de Arsenal, Madrid o Barça, una lesión muscular le cortó el pasó en su semestre inicial en el club monegasco. Necesitaba continuidad para asentarse y la terminó encontrando. Su temporada en Champions 2014/15 le ha lanzado. Su evolución física le ha permitido marcar la diferencia y potenciar el resto de virtudes. «Tiene técnica, potencia, velocidad… Con esa gama y en esa proporción de cualidades solo conozco a Varane», diseña Nicolas Dieuze. Su excompañero en Toulouse advierte que no tiene techo.