La mañana del jueves registró grandes contrastes en las instalaciones de Paterna. Al mismo tiempo que André Gomes se reincorporaba al grupo junto al resto de sus compañeros, a Enzo Pérez se le diagnosticaba una rotura en el gemelo interno de la pierna derecha. Una encrucijada justo antes de visitar al Athletic de Bilbao, el partido que debe confirmar la reacción, que deja a Nuno completamente a la expectativa, pendiente de cómo evoluciona la recuperación del centrocampista portugués para resolver un centro del campo al que a estas horas da vueltas como si se tratase de un cubo de Rúbik. La baja de Enzo, el hombre más en forma de la medular, precipitaría en otras condiciones el regreso de André, que incluso podría entrar directo al once... pero después de la recaída que sufrió contra el Betis hace unas semanas no se quiere correr riesgos. Los primeros análisis son alentadores, este viernes se realizará una última evaluación de sus opciones de jugar ante el Athletic y si su estado no ofrece garantías ni siquiera viajará junto al resto de la expedición. Un escenario que conduciría al entrenador a decantarse por una de las siguientes opciones: apostar por Danilo -falta de horas de vuelo-Danilo , hacerlo por De Paul -no es titular desde mediados de agosto en la ida frente al Mónaco- o ensamblar el equipo en un 4-4-2 con Fuego y Parejo en la medular.

Según los análisis médicos realizados, Enzo estará de baja durante al menos un mes. El argentino, que recibió un golpe en el tobillo en el transcurso del partido ante el Olympique y cojeaba de manera ostensible en las últimas horas, presenta una lesión en el gemelo interno. Está roto. Justo cuando atravesaba por su mejor momento a nivel de sensaciones desde que llegó del Benfica el invierno pasado. Comenzó jugando, hizo un partido de alto nivel ante el Madrid pero después le costó adaptarse y no sacó el jugador que lleva dentro hasta la recta final de la competición. Y entonces, le sucedió exactamente lo mismo que ahora. Después de salirse ante la Real Sociedad sufrió un precance en el cuádriceps de la pierna derecha contra el Deportivo, lo que lo mantuvo de baja durante cinco partidos, perdió la titularidad y solo jugó un partido como titular en las seis últimas jornadas del campeonato de Liga. Su baja escarba un vacío importante en los esquemas de Nuno a pesar de que la idea del cuerpo técnico, en principio, era que rotase.

El argentino tiene dificultades para gestionar sus esfuerzos, suele ser uno de los cambios habituales y siempre en torno al minuto setenta de juego. Y es que se le está dosificando. Había jugado tres partidos -Espanyol, Granada y Olympique de Lyon- pero con el parón a la vuelta de la esquina, no se descarta que hubiese sido protagonista. La suya es la quinta lesión muscular del curso después de Cancelo, André, Gayà y Abdennour y trastoca los planes de Nuno, que tras ver síntomas de recuperación en el vesutario maneja la idea de hacer un once competitivo, de máximas garantías, para cerrar el capítulo de turbulencias con una victoria, la mejor manera posible antes llegar al parón: una idea que contrasta vibrantemente con la puesta en escena de la segunda jornada, también previa a parón, en la que piezas como Feghouli, Parejo o el propio Enzo Pérez se quedaron fuera.