«Va a venir un delantero que va a ser la bomba, un jugador fantástico€ un auténtico espectáculo». Nuno Espírito Santo se sentó exultante en la sala de prensa de Mestalla después de la goleada al Málaga (3-0) con la que el Valencia abrió en casa el curso 14/15. El entrenador se refería a Álvaro Negredo. Era la noche del 29 de agosto de 2014, el fichaje no estaba cerrado y a la mañana siguiente Salvo, Rufete y Kim Koh viajaron a Madrid para encarrilarlo en una cita con los agentes. Hoy en día, las palabras de Nuno sobre el mismo protagonista carecen del vigor de entonces. «¿Cree que Negredo sigue siendo la bomba?», le preguntó ayer la prensa, después de que sean cuatro las veces consecutivas que el delantero se ha quedado fuera de la citación.

«Tomamos decisiones basadas en el rendimiento y los datos que tenemos. Hemos decidido que Álvaro no esté con nosotros para jugar contra el Levante. Optamos siempre por lo mejor y tomamos decisiones, como cuerpo técnico, que no son populares€ Álvaro sigue siendo el mismo jugador que todos sabemos, pero esperamos que nos vuelva a ayudar. La decisión no es definitiva», contestó.

El desencuentro entre el delantero, por quien el club invirtió 30 millones de euros, y el técnico es una realidad evidente. Un desamor deportivo y profesional que empezó a salir a la luz, precisamente, en el último Derbi. Aquel 13 de abril Negredo salió desde el banquillo en sustitución de Alcácer. A los 20 minutos de pisar el césped el madrileño cazó un balón suelto en la frontal y lo empaló con violencia hacia el interior de la red de Mariño. Negredo, que llevaba dos meses sin marcar un gol, sorprendentemente, apenas lo celebró. No hacía demasiado tiempo que había llegado a sus oídos que no era santo de la devoción del entrenador portugués, quien había comunicado a sus superiores, Layhoon y Peter Lim, sus preferencias por traspasarlo en el próximo mercado.

Pese a sus palabras, los hechos de Nuno demostraron la falta de confianza en el futbolista. Desde el esguince de rodilla que sufrió frente al Depor el 14 de marzo Negredo sólo volvió a jugar un partido de titular en toda la Liga, la visita a Vallecas en una serie de tres partidos en la que Nuno echó mano de las rotaciones. «Os necesito a todos esta semana», le dijo a la plantilla. En los otros diez partidos, antes y después de medirse al Rayo, los 45 minutos del segundo tiempo en Almería -otro momento de máxima necesidad- fueron su mayor cuota de protagonismo.

Finalmente, la teoría del míster no prosperó en verano y sí la voluntad del jugador de continuar en el Valencia y, sobre todo, la postura de club de no malvender a un delantero, con contrato hasta 2019, que significó una apuesta importante meses atrás y que venía de hacer 23 goles en 49 partidos oficiales con los citizens. Negredo comenzó la pretemporada con menos peso y en mejores condiciones físicas. Más tarde, empezó la Liga en el once, nuevamente, en su casa: Vallecas. Nuno había aceptado el reto de recuperar su mejor versión.

El gol del ´7´ en Mónaco valió para certificar el pase a la Champions. Ese 25 de agosto Nuno le felicitó durante la celebración en el Louis II. La situación parecía calmada, pero lo cierto es que la comunicación entre ambos ha sido prácticamente inexistente. Mestalla silbó a Nuno por su cambio con el Depor. Negredo dijo entenderlo, pero también añadió que «el público manda y decide». Desde el gol errado en San Mamés y la crítica pública del jugador al sistema de ataque, Nuno no cuenta con él y quiere un recambio en enero.