­­En la primera toma de contacto con los jugadores tras el doloroso empate cosechado ante Las Palmas, Nuno resolvió con una metáfora su análisis acerca de la delicada situación por la que atraviesa el equipo. «En Rusia solo nos vale ganar, la Champions es nuestra medicina», dijo el entrenador en privado a sus hombres, consciente de que convertir al conjunto canario en la selección brasileña significaba toda una sentencia, un episodio de máxima ruptura que aceleraba el proceso de descomposición y deslizaba la goleada de Balaídos como un arreón y nada más. La situación es alarmante y el equipo, atascado en la mediocridad, solo depende de su instinto de supervivencia para seguir hacia adelante mientras espera un golpe de timón que tiene que llegar desde Singapur. Sin punto de inflexión ni guiones de reacción, el Valencia mira a la Liga de Campeones como sedante y es en esta competición en la que más ha brillado esta temporada -a excepción del capítulo de Gante- pero la visita al frío de San Petersburgo es un verdadero abismo. Las previsiones para el partido es de -5 bajo cero, con una humedad del 86% y un viento de 13 km/hora. Ni el rival, ni el ambiente, ni el estado de confianza sonríen al Valencia. Tampoco los precedentes históricos, pero hoy (18:00 hora peninsular españaola) solo cabe ganar ante el Zenit un encuentro que es de vida o muerte.

A las seis de la tarde hora peninsular española el equipo de Nuno saltará al césped de un estadio en el que las visitas españolas se cuentan prácticamente por derrotas. De un total de ocho partidos en el Alexander Petrovskiy, nadie salvo el Madrid en la temporada 2008/09 ha conseguido plantar la bandera en casa de los rusos. El Valencia tendrá en frente al rival más fuerte del grupo y por si fuera poco está prevista una temperatura de cuatro grados negativos, un aspecto que se recrudece porque el estadio está enclavado en una islas, justo a la orilla del río, donde la humedad y la sensación de frío se multiplican. Todos los factores corren en contra de los de Mestalla pero no hay excusas. La derrota en Gante escarbó hace tres semanas un boquete de dimensiones considerables en la nave y cualquier resultado que no sea positivo afectaría seriamente a las opciones de avanzar a la fase de octavos de final de la competición.

A estas alturas de la fase de grupos, el Zenit de San Petersburgo está clasificado matemáticamente y a falta de dos jornadas para los octavos de final solo necesita un punto más para asegurarse la primera plaza y evitar de esta manera a equipos como el Real Madrid, el Barça o el Bayern en una eliminatoria en la que jugaría el partido de vuelta en su casa. Si el Valencia consigue sumar una victoria esta tarde en Rusia tendrá la clasificación prácticamente hecha, con nueve puntos en su haber, las opciones de descarrilar en la fase de grupos son mínimas. En el otro partido del grupo se enfrentan Gante y Olympique de Lyon y el mejor resultado para los intereses de Mestalla es que se produzca un empate entre ambos. Y es que las cosas se complicarían en caso de que el conjunto de Nuno no sume una victoria.Tanto es así, que en el caso de que ganen los belgas pasarían por delante al Valencia y se jugarían el pase en la última jornada ante un Zenit que ya lo tendría todo hecho. Por el contrario, si ganase el Lyon la clasificación se apretaría de tal manera que el Valencia se jugaría el pase a octavos con los franceses en Mestalla.