El nombre de Voro González estaba en boca de todo el mundo del fútbol a la finalización del partido contra el Barcelona. Había sido el héroe de la noche. Había conseguido lo que parecía imposible. Mestalla se lo agradeció coreando su nombre. "¡Voro, Voro, Voro!" El estadio pedía a gritos que se quedase. El vestuario, más tarde, se deshizo en elogios en zona mixta. "A Voro hay que agradecerle la mano que nos dio, agarró el barco en un momento complicado y hay que agradecerle los dos partidos con buenos resultados", decía Rodrigo De Paul. También Santi Mina elogiaba su labor al frente del banquillo. "Nos convenció de que había que jugar como equipo y que había que sacar la fe y la garra", afirmaba el gallego. Voro era el gran triunfador de la noche. Todos los focos y miradas apuntaban a él. Merecidamente sin duda. Sin embargo, ni siquiera en esas circunstancias Voro dejó de ser un hombre de club. El héroe del Valencia-Barcelona entendió que su papel de técnico interino había acabado justo en el momento en el que Jaime Latre había señalado el final del partido. Había cumplido la misión que le había encomendado el club y su responsabilidad en ese momento ya era otra. Por increíble que parezca, el de l´Alcùdia comenzó a ejercer de delegado minutos después de tocar la gloria contra los de Luis Enrique.

Sin que nadie le dijera nada. Sin que se le cayeran los anillos al suelo. Volvió a la tierra como un trabajador más. Donde siempre ha estado. Humilde y profesional como nunca dejó de ser en ninguna de las crisis que ha gestionado. La escena en los bajos de Mestalla habla por sí sola de lo que es Voro y lo que significa para la entidad. Eran las once de la noche pasada. De Paul hablaba con sus agentes. Estaba haciendo tiempo. ¿Qué esperaba? En ese momento, Voro asomó por la puerta del vestuario. Se dirigió al argentino y, mientras señalaba a la Avenida de Suecia, le dijo: "Ahí tienes tu taxi". Voro le había pedido un taxi para que abandonara el estadio en compañía de su gente.

El técnico cambió el chip pronto. Así lo confirmaba anoche en los micrófonos de ´Esports 97: nit´. "Después del partido ya estaba en mi mente volver a mi responsabilidad. Ahora me toca hacer lo que hacía antes". Antes de empezar a ejercer de delegado quiso felicitar a todos los jugadores y al cuerpo técnico por haber sido una "piña". «El equipo tuvo esfuerzo, actitud e hizo lo que habíamos hablado. La buena predisposición se cumplió, el grupo lo dio todo a nivel individual y estuvimos organizados a nivel colectivo». Voro se ha visto en otras parecidas y sabía que, más que la táctica, tenía que tocar el estado anímico de los jugadores. "La gente no está mentalmente en las mejores condiciones. Les dije que confiaran en sus posibilidades y que aportando cada uno podíamos ser fuertes. No hay manual, al final este tipo de situaciones afecta la moral del jugador y lo que hay que hacer es aplicar un poco sentido común y normalidad y potenciar la autoestima de los jugadores. No es un marrón, a los jugadores les ayudé a sentirse más seguros".

Ya vaya si lo logró con los Danilo, Mina o Santos, aunque Voro se quita méritos. "Se han subido ellos al tren con su trabajo y esfuerzo. Todos estuvieron muy bien... Danilo, Santos, Enzo, Parejo, Gayà... todos. La gente demostró que puede rendir más como el propio Santi Mina con el gol". Sus mejores adjetivos llegaron para la afición. "La afición supo leer el partido, nos ayudó y se creó una comunión perfecta. Fue el partido perfecto para reconducir muchas cosas y un punto y seguido para seguir escalando en la tabla de clasificación y sentar la base para trabajar y ser más competitivos".

A pesar de su promedio, Voro tiene claro que quiere seguir como delegado. Eso sí, ofertas ha tenido. "No he estado atento a ofertas, son situaciones que no he buscado, son decisiones del club. Y si ha habido algo lo he cortado desde primera hora. Estoy muy a gusto donde estoy y espero que no vuelva a pasar por el bien del Valencia". Voro se reunió ayer con Gary para hacer un traspaso de información son y vio en el inglés a una persona con las "ideas muy claras" y "ganas de trabajar". Las mismas que Voro. El Valencia está en buenas manos.