Jugando con la fortuna el Valencia podía haber hecho historia y pasar a los octavos de la Champions con solo seis puntos aún perdiendo contra el Zenit, pero con ese gol del Gante en el minuto 95 puede acabar fuera incluso con nueve.

Aunque no es cuestión de culpar a la suerte cuando has tenido dos partidos para clasificarte por méritos propios, tú has perdido los dos y ellos en cambio los han ganado. El primero en Bélgica fue porque sin actitud no se gana hoy en día a nadie, el otro porque con actitud y muy poquito más no siempre es suficiente para ser mejor que el rival. La Liga de Campeones no es un juego de niños, como debieron pensar Nuno y Lim cuando decidieron reforzar el equipo de la manera en que lo hicieron, ni tampoco una casa de apuestas. Hay que estar a la altura, saber competir y proponer fútbol sea cual sea el estilo, y por todos esos factores el Valencia no se puede quejar porque está donde ha merecido estar, no tiene ni un punto más ni uno menos de lo que se ha ganado en el terreno de juego.

Que el equipo de Nuno está muy tocado y ni su capitán sabe si hay solución ya lo saben hasta en Rusia, vamos a ver si esa información llega también a Singapur. Por cierto, ya que Vezo se fue a la calle, tampoco habría pasado nada si el árbitro expulsa al portero del Gante por evitar el segundo gol del Lyon bloqueando el balón con la mano fuera del área.

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