Paciencia con el equipo y estabilidad económica en el club. Son las dos ideas principales en que se basa el primer discurso realmente amplio que ofrece el propietario del Valencia CF desde que en octubre de 2014 entró en Mestalla. Lo primero se le concede aunque el aficionado lo que quiere es ganar, ver a su equipo dejarse la piel y jugar bien a fútbol, lo segundo se le agradece porque el Valencia no está hoy al borde de la desaparición ni en manos de los políticos como hace poco más de un año. Tampoco son cuestiones desconocidas porque ya insistió en ello la presidenta Layhoon Chan durante la última Junta de Accionistas, por eso lo más interesante de este mensaje institucional son las respuestas de Peter Lim en relación a la apuesta por Gary Neville. Desde luego que si el inglés se sienta hoy en el banquillo del Valencia es por su relación con el magnate de Singapur, aunque es una obviedad que no lo ha elegido solo por eso. Por muchos millones que tenga, sería insistir en el error volver a poner a un amigo a cargo de su cartera en bolsa. Igual Neville no es el mejor entrenador que podía haber elegido, pero la decisión revela que Lim ha captado en buena parte dónde estaba el problema y por qué un equipo que era competitivo ha dejado de serlo en cuatro meses.

Un lobo

Primero, se trae a un tipo que trabaja y si es preciso -ahora lo es- se pasa el día en Paterna analizando y aportando información a sus jugadores. Y segundo, el perfil de Neville es la prueba de que se ha dado cuenta o le han convencido de que el gran problema del Valencia estos meses ha sido la mala gestión que Nuno ha llevado a cabo de las personas: jugadores, técnicos y empleados. El máximo accionista quería estabilidad, hablaba de una gran familia, pero a la hora de la verdad y sin saberlo puso un lobo en lugar de un Collie para conducir y cuidar el rebaño.

Errores, señor Lim

Lo confirman todo las reflexiones del propio Gary Neville, preocupado ante todo en estas primeras semanas en cómo llegar a los futbolistas y volver a ponerles las pilas. Lo primero depende de su inteligencia y pericia a la hora de transmitir, lo otro va a ser más complicado porque además de querer hay que cargarles las pilas en plena competición y sin una pretemporada para poder hacerlos correr, que es lo que se ha hecho toda la vida y este verano no se hizo por orden del iluminado. El inglés quiere ese equipo rocoso que empiece a ser fuerte desde atrás, ese Valencia al que era tan horroroso enfrentarse cuando él jugaba en el Manchester United, el que así alcanzó dos finales de Champions League, dos títulos de Liga y una UEFA en pocos años. Vamos, para ser más directos, habla de lo más parecido que podemos encontrar al Valencia CF que estaban construyendo Rufete y Ayala, que por cierto no iban por mal camino vistos los resultados. Ya sabemos, fueron 77 puntos y algún mérito tendrían también ellos. Errores, señor Lim, errores. Es bueno reconocer errores y mejor todavía rectificar, pero el mayor error que usted ha cometido y que todo el mundo conoce todavía no le hemos escuchado reconocerlo. Ni a usted ni a la presidenta.

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