El tiempo dirá si efectivamente ese golazo contra el FC Barcelona en Mestalla ha supuesto un antes y un después para Santi Mina. Por el momento, el impacto ha reciclado por completo la tendencia a la baja del atacante. Tras un comienzo difícil y plagado de dudas, contra el Barça consumó el partido que necesitaba para desbloquearse. En los cinco partidos que ha jugado sin Nuno, Santi Mina ha firmado tres goles y ha mejorado su aportación, entrando desde el banco o como titular; en banda o actuando cerca del delantero centro. Gary Neville tiene claro que es un diamante en bruto por moldear y está decidido ha insistir en la explotación de sus posibilidades. Bajo la tutela del inglés, ha hecho diana ante el Barakaldo en Copa y de nuevo en La Liga, frente al Getafe en Mestalla. El futbolista agarrotado, negado y sin suerte han dejado paso a un chico más fresco y vivo. Ahora se esfuerza, se asocia y llega al área rival con más fluidez. Todas sus acciones parecen tener más sentido que hace sólo un mes. Antes, siempre aparecía trompicado. Tiene mucho que mejorar (obvio con 20 años), pero también guarda condiciones para asentarse en la rotación como una pieza de utilidad enorme.

El estado de ánimo es un termómetro vital y futbolístico realmente preciso. Mina va a más y hoy es un futbolista mucho más reconocible, abierto, ambicioso, combativo. El delantero ha reconocido a sus confesores dentro del vestuario que se sentía superado y sin la confianza necesaria para desplegar su fútbol. La marcha de Nuno Espírito Santo fue una liberación para el equipo. En su caso, también sirvió para desligar su figura de las sospechas y del juicio sumarísimo al que estaba sometido cada minuto por ser representado de Jorge Mendes o por el precio de su fichaje, 10 millones de euros.

Adaptación y exigencia

Demasiada presión para un recién llegado del Celta, con sólo 50 partidos en Primera. Mestalla, Valencia, la Champions League... La exigencia es otra y se siente, con 20 años o con 28. Cuestión diferente son sus posibilidades. Probablemente, lo más natural para su evolución hubiera sido permanecer otro temporada más Balaídos para probar definitivamente su consistencia competitiva con Berizzo. Pero en el fútbol moderno, los tiempos son otros. En el Valencia tiene que completar estaciones a toda velocidad y en eso está.

Mina ha frenado su involución. Tanto, que a estas alturas de temporada se puede afirmar que progresa adecuadamente. Sus números hasta Navidad son mejores Navidad ahora que bajo la tutela de Luis Enrique o Berizzo. Pese a que el contexto no ha ayudado al crecimiento de prácticamente ningún futbolista. Incluso ha mejorado sus registros defensivos. En Mestalla está emplenando el mismo métido que le llevó a la titularidad en el Celta. Trabajo, paciencia y ambición para aprovechar el momento . Así convenció a Berizzo tras un comienzo difícil. Luego se hizo con un lugar en la banda derecha, incluso desplazó a Orellana a la mediapunta.

Ante Barça, Barakaldo y Getafe irrumpió en el área, llegando, que es su fuerte. Le cuesta romer de parado, pero con espacios es mucho más efectivo. Todavía debe aprender a coordinar su velocidad y su potencia, pero su perfil encaja en el juego que Neville esboza.