El Mestalla es el mejor equipo de toda la Segunda División B durante los últimos dos meses de competición. Si la Liga hubiera comenzado en Navidad, el filial del Valencia sería líder de los cuatro grupos de la categoría. Ninguno de los setenta y nueve equipos restantes ha sumado más puntos. Los de Curro Torres han encadenado 21 de los últimos 24 puntos en juego. O lo que es lo mismo, siete victorias contra Sabadell (2-1), Huracán (0-1), Atlético Baleares (0-2), Llosetense (2-0), Olímpic de Xàtiva (0-1), Cornellà (1-0) y la Pobla de Mafumet (0-4) y solo una derrota frente al Eldense (2-3). Un salto de calidad sobre el césped que también se ha visto recompensado en la clasificación. El equipo era penúltimo en la jornada 17. A tres puntos del colista y seis de la permanencia. Ocho fechas después, no solo ha salido de los puestos de descenso a Tercera. Es décimo en la tabla y está más cerca de la promoción de ascenso (8) que de los puestos de descenso (10). El Mestalla está lanzado.

El filial sumó tan solo 13 puntos en las primeras 17 jornadas. En las ocho últimas ha conseguido la friolera de 21. Casi el doble. Una cifra a la que no llega ningún equipo de la categoría. Ni siquiera los líderes de los cuartos grupos de Segunda División B: Racing de Ferrol (13), Barakaldo (19), Villarreal B (15) y Murcia (18). El equipo que más se acerca es el Castilla. El filial del Real Madrid, segundo clasificado en el Grupo II, ha sumado 20 de los útimos 24 puntos. Los de Curro no dejan de sumar récords. Con la goleada del domingo consiguieron encadenar tres partidos con la portería a cero y recuperar el balance de goles a favor de la temporada: 30 a favor y 28 en contra. La pregunta es ¿Qué ha cambiado en el Mestalla? ¿Cómo se explica esta reacción? La unión del equipo en el momento más crítico de la temporada es el punto de partida. Los pesos pesados del vestuario salieron en apoyo a Curro y el equipo nunca dejó de creer en sí mismo. Llegaron los resultados que hacían justicia al juego, se ganó en confianza y el equipo comenzó a crecer futbolísticamente en el campo. Tanto que ahora es el mejor de toda la Segunda B.