Al Valencia le entra en juego toda la temporada sobre el césped de San Mamés. De miseria en miseria casi desde que volvió de las vacaciones de verano, al conjunto de Mestalla se le cruza por delante la Europa League para hacerle sentir que pese a todo el bagaje anterior todavía está a tiempo de salvar el año con un aliciente de última hora. Un desafío que una vez amortizada la Liga, donde al conjunto de Gary Neville solo le queda por delante asegurar su plaza de la forma más digna posible, es mucho más que un sedante. Europa es ahora mismo el único argumento de ilusión que queda intacto para el valencianismo, una competición a la que jugadores y staff técnico se aferran con fuerza, conscientes de que es el último motivo que los somete a la tensión competitiva y que actuará como termómetro, para bien o para mal. Esta noche el Valencia mira a los ojos a su propio destino. Tiene la posibilidad de asestar un golpe a unas aspiraciones deprimidas y volver a enganchar a su gente. Está en juego la ilusión.

La expedición llegó a Bilbao en un día gris. Los jugadores se dirigieron al hotel de concentración mientras que Neville y Fuego visitaban el marco en el que se jugará la credibilidad que le queda al equipo. Era la primera vez del técnico pero conoce al detalle qué tipo de escenario se encontrará su Valencia en el primer asalto ante el Athletic. «He visto muchos partidos aquí, conozco qué atmósfera se crea. Tenemos jugadores para aprovechar este tipo de ambiente, sabemos que nuestro nivel y nuestras habilidades no se han mostrado todavía y este es el momento», explicó en tono convencido. Su declaración esconde algo de aquí y ahora. Y es que es el momento. El partido del año, el ahora o nunca porque el calendario ya no ofrece reválida. Cuestión de supervivencia. El clavo ardiendo de este Valencia es San Mamés y no habrá otro. La receta para el éxito pasa por «ser más consistentes» que en los últimos partidos, como señaló el técnico, que considera que todo «será distinto» al partido de la caída en Mestalla.

Con la hoja de ruta clara

«Para nosotros la Europa League es ahora lo más importante. Con partidos cada tres o cuatro días hemos jugado bien últimamente y este es el tipo de partidos que uno siempre quiere jugar como jugador, también como entrenador», explicaba el inglés en su comparecencia de prensa previa al encuentro. El Valencia, en línea de crecimiento respecto de la triste realidad que vivía hace unas semanas, ha sufrido dos muescas importantes en los dos exámenes competitivos que ha tenido, Athletic y Atlético de Madrid.

Pese a comenzar bien, en ambos casos el partido acabó escapándose por la gatera debido a los errores individuales y a la falta de tensión, algo que no debe repetirse si el Valencia quiere ser competitivo. Ese es precisamente uno de los aspectos que más preocupan al entrenador: la verdadera asignatura pendienta. «Queremos volver en una buena situación para el segundo partido, demostrar confianza y hacer un partido entero después de jugar 70 minutos bien contra el Atleti», dijo el técnico, que ayer ajustó las últimas tuercas en Paterna en un entrenamiento en el que no pudo contar con Cheryshev y Enzo, dos de los jugadores de referencia, que no estarán en el asalto a la Europa League por lesión, y podría apostar por una dupla de delanteros formada por Negredo y Alcácer. El Valencia dispara en Europa el último cartucho de ilusión.