Copa, Copa de la Liga, Liga y Europa League. Hace tres años Rodrigo Moreno vivió su momento más frustrante como futbolista. Aquello fue un auténtico desastre, tanto para el Benfica como para el atacante valencianista, que hoy revive sensaciones peligrosamente parecidas. El Valencia está al borde del abismo y los niños deben dar un paso al frente para salvar la categoría en las siete últimas jornadas. Así lo ve el hispano-brasileño, un jugador que siempre que habla lo hace con una nitidez asombrosa. «Muchas veces en los partidos salimos muy bien 45 ó 50 minutos... El otro día contra el Celta, por ejemplo... Estamos bien en el campo, dominando... Y cuando nos marcan ya empieza a notarse que el equipo no está fuerte. Repetir esta situación semana tras semana es agotador. Pero bueno, hay que seguir. Estamos en una situación complicada y hay que asumirlo como hombres», dice. No queda otra manera.

La crítica situación que envuelve al conjunto de Ayestaran solo es apta para valientes. Más, después del tropiezo ante Las Palmas. El camino no es fácil, pondrá a prueba a cada uno de los protagonistas: «Creo que estos siete partidos van a ser siete finales. Tenemos que ser conscientes de la situación que estamos viviendo. Está claro que no es una situación cómoda porque no estamos acostumbrados a vernos ahí abajo, sobre todo con la camiseta del Valencia pero esta es la realidad. Y el que quiera ver otra, se equivoca. Tenemos que salir fuertes en los próximos partidos, sacar los resultados, empezando por el fin de semana que viene para poder ganar energía y respirar un poco». La primera final será el domingo, ante un enemigo íntimo. El Sevilla de Unai Emery, aun con la Europa League de por medio, vendrá a Mestalla lleno de ganas. «Está claro que el calendario es complicado, es indudable. Pero hemos hecho buenos partidos este año contra los grandes rivales. Tenemos que jugar contra rivales de arriba que se están jugando cosas importantes. Creo que cada partido va a ser una final», argumenta el delantero.

De la mano de la afición

El Valencia está al límite y tiene que sumar puntos de donde sea y como sea. Es un momento de gran trascendencia y más allá de exigir responsabilidades, que habrá que exigirlas, el empuje de la afición es clave. «Obviamente el apoyo del público es fundamental. Poco se puede pedir a la gente. Es evidente que no estamos haciendo una buena temporada y a nadie nos gusta esta situación. De Las Palmas salimos tristes y jodidos. Pero hay que aguantar el chaparrón, las críticas de la afición y la prensa y centrarnos en nuestro trabajo», sentencia.

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