«SÍ, clarísimamente hay que preocuparse, es una evidencia que no estamos en nuestro mejor momento de la temporada». Esta fue la respuesta de Luis Enrique cuando, después de caer en la Champions, le preguntaron si peligraba el éxito en los otros frentes que restan esta temporada empezando por la Liga, en la que ha perdido gran parte de la ventaja que llevaba a sus perseguidores. El rostro era serio, de preocupación. El asturiano es más consciente que nadie de la mala racha que está atravesando el Barcelona justo cuando el Valencia vuelve de visita este domingo.

En el fútbol no hay secretos, todo depende de que la pelota entre y algo tan simple puede cambiar las sonrisas en frustración, los buenos rollos en mal ambiente, la confianza en dudas. El Barcelona está en su peor momento de la era Luis Enrique, en los últimos partidos son un reflejo de aquel equipo entrenado por el ´Tata´ Martino, sin alma y sin aspiraciones, que sale al campo a verlas venir y no a arrollar al rival. El reflejo de la situación actual del Barcelona son sus tres tenores. Han perdido la sonrisa, ya no se divierten en el campo. ¿Han llegado al límite? Tres jugadores del nivel de Messi, Suárez y Neymar tienen que jugar siempre y de hecho son ellos los que solucionan la mayoría de los partidos. Lo idóneo es dosificarlos para que lleguen en perfecto estado a la parte decisiva de la temporada, pero sus ganas de jugar y sus objetivos personales al margen del equipo, incluso cláusulas en sus contratos por las que cobran más cuanto más juegan, hacen que el entrenador los tenga que poner siempre que están en condiciones de jugar.

Messi empezó la temporada lanzado a por su quinto Balón de Oro. Lo único que pudo frenarle fue una lesión de rodilla, aún así arrolló en la gala que le acreditaba como el mejor jugador del mundo. El fútbol se volvía a rendir ante el ´Mesías´ con una exhibición partido tras partido, jugando todo a gran nivel. Sin embargo en el último mes su magia se ha apagado. Lleva cinco partidos con el Barça sin marcar, algo que no sucedía desde abril de 2010. Messi vuelve a estar apático, merodea por el campo, ha perdido el instinto que le convierte en letal. Su bajo rendimiento puede deberse a dolencias musculares. El caso Neymar es diferente, su tercera temporada en el Barça era impecable, máximo asistente en liga y brillaba como lo hacía en Brasil, pero hay un antes y un después tras forzar la quinta amarilla para ir al cumpleaños de su hermana en Brasil. El astro brasileño volvió sin frescura, no es el extremo eléctrico e impredecible, no consigue aportar ni goles ni asistencias y se centra más en discutir con los rivales que en recuperar su nivel.

Suárez ha resistido. Gracias a él, el Barcelona tuvo opciones hasta el último minuto de clasificarse para las semifinales de Champions. Su problema no es tanto de juego como mental. El Suárez agresivo de los mordiscos y las agresiones se está imponiendo al Suárez mortífero del área principios de temporada. Los tres miembros de la MSN lo han jugado practicamente todo y jugarlo todo al máximo nivel es imposible.