Dentro de un escenario global, donde todo parece comerciable, el Eibar ofrece una visión romántica de club: tradición, finanzas, innovación y deporte. Fran Garagarza (Mutriku, 1969), se puso al servicio del club hace un lustro, con el equipo enfangado en Segunda B. Responsable del ascenso a Primera, el director deportivo reivindica la fuerza de esa filosofía

Ahora que se está hablando tanto de equipos modestos capaces de rivalizar con gigantes en las grandes ligas de Europa, hemos perdido de vista que en España tenemos al Eibar, un club de una ciudad pequeña, que reivindica el valor del trabajo, el sacrificio, la humildad o la identificación con el pueblo, se puede competir al más alto nivel, más allá de las limitaciones económicas.

Muchas veces te lo tienen que recordar desde fuera, porque cuando estas dentro no tienes esa perspectiva. Pero sí es verdad que, para un club como el nuestro, estar en Primera puede parecer poco factible y luego ya, mantenerte, ni te cuento.

Ganas de crecer, sostenibilidad, tradición, ilusión, comunión… ¿Cuál es la clave del ‘Modelo Eibar’?

El Eibar, en este escenario, tiene que dar muchas cosas y una de las más importantes es la unión y la comunión. Al final, aquí, trabajar trabajan muchos, pero se tienen que dar una serie de cosas para que todo salga. En mi parcela destaco la libertad que ofrece el club en el área deportiva, las comodidades para trabajar y la fuerza que dan para decidir. También la conexión que hay con el cuerpo técnico, con el que vamos de la mano, en la toma de decisiones y en la configuración de la plantilla. La Dirección Deportiva es un grupo de trabajo donde todos somos participes en la toma de decisiones.

¿Qué buscan en el futbolista?

Hacemos un análisis profundo del jugador; la persona está por encima. Tenemos una idea, una filosofía clara de los jugadores que queremos, tienen que tener mucha hambre, muchas ganas de crecer. Hacemos un análisis buscando que se ajusten al estilo del Eibar. Hay un poco de todo, pero desde el área deportiva, ese control del jugador que quieres firmar es esencial. Convencemos al futbolista desde los aspectos personales. Por ejemplo, contamos con las parejas de los jugadores. Tener esas charlas con ellas, explicarles lo que es el Eibar y la importancia que tienen en la puesta a punto del jugador, es básico. Estamos cerca del jugador menos habitual, les escuchamos y les hacemos ver que el grupo está por encima de lo individual. El desarollo del área de psicología, de nutrición, de inversión personal son importantes para que esa política de grupo de resultado.

Percibimos al Eibar como un club muy familiar, pero todo lo que usted cuenta guarda los principios de una dirección deportiva de élite.

No sé si de élite... El área la formamos cuatro personas; estamos creciendo y nuestro objetivo es seguir haciéndolo. El proyecto pasa por tener una secretaría técnica más potente, ahora abarcamos un área que hace un año o dos no abarcábamos. Nos hemos abierto a otros mercados, estamos en los sitios, tenemos contacto diario con agentes con la idea de conocer la situación de los jugadores y así estar bien posicionados -para acometer fichajes- gracias a esa información, que es imprescindible saberla. Hay que conocer a los jugadores, conocer su entornos, hacerles un seguimiento y elaborar un informe de lo que es dentro y fuera del campo; su filosofía, su cultura. Todo eso es clave para acertar en la toma de decisiones, para acertar o por lo menos para tener más argumentos para no fallar.

Luego está el rendimiento, la adaptación, asimilar lo que quiere el entrenador.

Hay que entrenar, hay que jugar y hay que asimilar lo que el entrenador, en un momento dado, entiende sobre si juega o no, si puede tener rendimiento sabiendo que el grupo es la clave. Buscamos perfiles de jugadores que se adapten a ese estilo de juego y que sean jugadores que, si no les toca jugar como primeras personas, sepan asimilar el rol. En un momento dado, puede que tengan que empujar aunque no jueguen.

¿Así es como consiguieron la cesión de Borja Bastón, Borja Bastónel cual interesa al Valencia

En el caso de Borja, el año pasado ya estabamos muy encima de él, para que viniera al Eibar en lugar de al Zaragoza, pero hubo unos debates internos y una situación que generaba cierta duda, que es la que nos llevó a no dar el paso de pedir al Atlético la cesión. Luego, continuamos con el seguimiento a Borja durante toda la temporada en el Zaragoza y, evidentemente, ya tienes menos dudas de las que tenías un año antes. Vamos con más datos y más argumentos para que sea el jugador elegido. Luego eso hay que ponerlo encima de la mesa con el entrenador. El técnico tiene un conocimiento del jugador, pero mucho menos que la dirección deportiva y tiene su opinión. Finalmente, el entrenador dio la confianza a la dirección deportiva para que pueda dar el paso.

¿Y así se encuentra a Gonzalo Escalante

No hay dos casos iguales. Cada caso tiene su trabajo, su análisis y su complejidad. En el caso de Gonzalo hay una serie de filtros, una serie de personas de confianza con las que trabajamos a diario que nos hacen ver que hay un jugador que puede quedar en una situación ventajosa a nivel contractual por el descenso del Catania y vemos que entra en los parámetros económicos del Eibar y el objetivo, que es tratar una cesión e incluir una opción de compra. Con Gonzalo entendemos que se va a adaptar al estilo de juego del míster, que va a encajar en el club, con la interrogación de su adaptación a la liga española desde la Serie B italiana, sabemos que va a tener ese rol de jugador argentino competitivo, intenso, muy exigente en el día a día y que en los partidos va a dar todo eso. El entrenador no lo conoce. pero se le dan herramientras para que lo conozca, lo valora y confía en la Dirección Deportiva. Desde el primer momento demuestra que va a ser un jugador importante y según avanza la temporada el Eibar se plantea la compra.

¿El futuro del Eibar pasa por ahí? ¿Por fidelizar al futbolista más allá de una temporada o romper con la realidad de club trampolín?

Evidentenemente. El Eibar es un club muy saneado, que tiene unos números buenos a nivel de beneficio, que tiene que invertir, que tiene que tener patriomonio en jugadores, que tiene que tener jugadores con un aval una continuidad en el proyecto. Entedemos que para seguir en Primera tenemos que ser un club que se adelante a otros, que sea rápido en la toma de decisiones y que tenga buenos activos en el campo, que tenga salarios importantes y que estemos protegidos a nivel de cláusulas. El futuro del Eibar va a ir por ahí, por tener una plantilla con grupo afianzado, con jugadores jóvenes con margen de mejora y esos activos de importantes que no pasan un año por el Eibar y se van. No podemos estar todas las temporadas haciendo 15 contrataciones porque eso aumenta los riesgos.

Esa mezcla ya se siente en el tejido competitivo de esta plantilla.

El primer año te da perspectiva, te mete el miedo en el cuerpo porque desciendes deportivamente y te hace ver que has estado en la mar compitiendo con yates y tu has navegado con una lancha rápida. Lo que hemos hecho es comprar también ese yate, aunque no sea de la misma cilindrada. Un porcentaje alto de los ingresos del club por estar en Primera los hemos destinado a la configuración de plantilla, también a ampliar el área deportiva, para tener mayor control sobre el futbolista. La apuesta por los jugadores jóvenes es una de las bases de nuestra identidad, pero también es verdad que tiene que haber un un empaque; necesitas jugadores que tengan poso en la categoría, que puedan hacer crecer a esos jóvenes desde la experiencia. Optamos por Ramis, por ejemplo, porque tiene esa jeraquía y optamos por Escalante, que no la tiene. Para un buen puzzle son necesarias todas esas piezas.

Usted que ha comandado la dirección deportiva desde Segunda B hasta Primera, ¿cuánto ha cambiado la forma de elegir jugadores?

Los presupuestos que manejas no son los mismos, incluso los agentes con los que tratas no tienen nada que ver. En cuanto a posibilidades, antes no te recibían representantes que ahora te llaman. Hemos mejorado en la calidad del trabajo, somos más gente, con delegados para unos contenidos determinados y unos mercados más concretos, tenemos unas herramientas que no teníamos; viajamos al extranjero y antes no. Nos hemos profesionalizado, tenemos unos informes más profundos, más selectos, incluso adjuntamos un vídeo para enriquecer el texto con imagen, que van a staff técnico. Después, la toma de decisiones la haces con la misma filosofía. La diferencia es que ahora cuando vas a fichar gol tienes que acetar con Borja Bastón y hace tres años era con Jito, para hacer goles para ascender.

¿La clave está en controlar mercados a los que otros no prestan atención?

Nosotros sabemos lo que queremos y hacemos análisis de mercado ajustado al Eibar. El mercado nacional es el que más controlado tenemos. ¿Dónde? Sobre todo, la Segunda División. Vamos a un perfil concreto de acuerdo a nuestro estilo de juego; queremos un Eibar de ritmo, alto, físico, con buenos niveles para las transiciones. Si vamos a viajar fuera nos planteamos: «¿Hacia dónde vamos a ir?» Pues planteamos Portugal, por ejemplo, porque nos parece asequible económicamente, por el idioma, que es algo que puede facilitar una adaptación rápida y se da un perfil de jugador que nos puede aportar. No vamos a Holanda, Rusia, República Checa o Suecia, por el idioma y la adaptación. Además, la exigencia competitiva en las ligas de esos países son diferentes al estilo de juego que queremos para el Eibar. Si saltamos a Sudamérica, Argentina es buen mercado, Uruguay es un buen mercado, por el idioma, la exigencia, el perfil del jugador, agresivo y aguerrido. Se ajustan más al estilo de juego del Eibar. Otra cosa es que los números sean desorbitados y no podamos, pero nosotros no vamos al mercado brasileño, por ejemplo. Brasil es un fútbol que no va con nuestro estilo. No vamos a Rusia por el idioma, porque suele ser un problema para adaptarse y rendir de inmediato. No vamos a Holanda, porque consideramos que la Eredivisie tiene jugadores ofensivos de nivel, pero se enfrentan a unas defensas muy vulnerables y el grado de dificultad que encuentran aquí es mucho mayor, por eso, lo normal es que no repita números. Por nuestra idea, la segunda división española es nuestro mayor vivero.

También ha revalorizado a un entrenador como Mendilibar. Su regreso ha sido un acierto.

Hay muchas cosas que lo explican. La primera, la identificación con el club, que viene de una época anterior, en la que ya hizo muy buenos números. También funcionó en Valladolid y en Osasuna. Su forma de ser, su estilo, sus valores y como conectan con la idiosincrasia del Eibar, yo creo que encaja mucho y posiblemente en otros sitios encaje menos. Yo creo que él ha visto un grupo de gente joven, con mucha hambre, que se adaptan mucho más a su estilo que en un grupo de jugadores más veterano que no tengan ese hambre de querer crecer, sobre todo, que no asimilen su exigencia en el día a día que es muy grande. Hay que estar muy preparados para eso. Si no tienes una plantilla con esa mentalidad puede que ahí haya un choque y puede que no funcione. Nosotros nos hemos preocupado de ajustar la identidad del entrenador al perfil del jugador y yo creo que ese es uno de los éxitos.

Un proyecto que adapta los jugadores al entrenador y enmarca a los dos dentro de un modelo. Parece sencillo, pero no siempre se cumple.

Con 15 jugadores nuevos, el Eibar cerró la primera vuelta sumando 30 puntos, cuando lo normal hubiera sido alcanzar ese rendimiento en la segunda. Eso es porque desde el minuto uno ha habido conexión. En la gestión del grupo, Mendilibar tiene una nota muy alta y es una de las grande claves para que el grupo haya creído en él y haya habido esa sintonía. A partir de ahí, es fútbol, puedes tener eso, puedes tener un buen entrenador y no haber resultados. Su forma de ser, su forma de entender el juego se ajusta bien a Eibar. Su último año en Levante no fue el adecuado, entiendo que no tuvo demasiado tiempo para trabajar en elloy eso es importante. Aquí sí ha tenido el tiempo y la continuidad.

¿Tan difícil es acertar en el fútbol?

Tu piensas en un diseño y en un entrenador que sustituya a Gaizka Garitano; tienes un abanico de entrenadores y dices: «Yo quiero tirar por el lado de Mendilibar, analizándolo, conociéndolo, sabiendo que nos va a dar y luego haces un diseño. Hay una toma de decisiones, pero puede darse lo que has diseñado o no, habiéndolo diseñado igual. Es complicado, en ocasiones lo tienes todo pensado y analizado para que se dé, puedes tener un proyecto y puede no salir… porque los resultados empiezan mal, la gente pierde confianza, la gente se pone nerviosa. Y al final lo que crees que te puede ir bien, va mal. Nosotros hemos tenido esa continuidad necesaria y también nos ha ayudadoel arranque inicial, nos ha ayudado mucho que el míster haya confiado en el trabajo de la dirección deportiva en la confección de la plantilla. Después, Mendilibar se lo ha ganado, con un grupo nuevo, en el que hay que engrasar todo: idea, estilo y jugadores, que han creído en él. Eso nos ha dado fuerza y es lo que nos permite tener 41 puntos a falta de cinco jornadas.

¿Por dónde pasa el futuro del Eibar? Porque el club ha vuelto a apostar por el fútbol base, tienen un filial en Tercera, equipo femenino y la transformación de toda la zona del estadio de Ipurua.

El futuro del Eibar pasa por tener un patrimonio, cosa que ahora no tiene. Sí empezamos a tener un patrimonio con activos en el campo, pero tiene que haber un patrimonio en instalaciones. Tenemos que tener una ciudad deportiva para el fútbol base, porque tenemos un fútbol base potente, donde ya tenemos un buen número de gente y una buena estructura. Queremos crecer en el fútbol base, queremos ser más referente de lo que somos en el fútbol base, tenemos un filial -que en su día se tomó una decisión para mi equivocada de suprimirlo- y con el tiempo lo hemos podido recuperar. Queremos crecer con este filial y queremos llegar a categorías más altas, para ser un equipo cercano a lo que puede ser la exigencia de la Primera División.

Tienen las ideas muy claras.

Queremos crecer en la estabilidad del proyecto en lo referente a la duración de la plantilla del primer equipo, con contratos de larga duración. No sólo pensando en el rendimiento inmediato del temporada a temporada. Somos un club comprador, cuando antes éramos un escaparate para otros clubes de Primersa División a través de cesiones. Ahora tenemos cada vez menos cedidos y si los hay, vienen con opción de compra. El futuro va un poco por ahí, por comprar jugadores… tener patrimonio en jugadores de campo y tener esa continuidad. Todo eso sabiendo que es muy difícil estar en la élite como estamos, con todas las capitales de provincia que hay en categorías como Segunda División B. Nuestra masa social es limitada; nos cuesta llenar un campo de 6.000 asientos y hay dos transatlánticos como Real Sociedad y Athletic Club que influencian la red de captación en la comarca. Además, los pueblos a la izquierda son del Athletic, a la derecha son de la Real… Estamos insistiendo en adaptarnos a nuestra realidad desde la exigencia: tenemos 5.000 y pico abonados, nos centramos en ser un club referente, que no pierda la identidad, que tenga claro el modelo, y en ser coherentes invirtiendo en lo justo; no porque tengamos un beneficio económico en los últimos años vamos a gastar 15 millones en comprar jugadores. Eso seguro que no va a pasar, pero sí tenemos que invertir en un jugadores y en jugadores en propiedad. Nos va a costar un dinero, pero habrá que hacerlo sabiendo que si tenemos algo bueno es esa capacidad económica.

Ese modelo, la identidad, el proyecto… Eso es fuerza en un escenario en el que tienen que competir con Athletic, Real y todos los demás.

Athletic, Real Sociedad… y Alavés. que está a media hora de Eibar y es un club puntero en Segunda, que si sube también va a ser un referente porque Vitória es capital, tienen mucha masa social, hay mucha gente con hambre de fútbol y tienen un estadio para 20.000 personas. El País Vasco es lo que es, es una comunidad pequeña, no es fácil que dé para todos. En ese sentido, el que menos capaciad de crecer tiene es el Eibar, por población. Otra cuestión es que si mantenemos nuestra masa social y somos capaces de mantener el estatus podemos pelear. Hay que tener muy claro qué somos y qué queremos, de dónde venimos; no volvernos locos, llevar una gestión como la que hemos llevado en otras categorías, evidentemente con unos presupuestos más alto, pero sabiendo que eso no nos puede equivocar. Estar en el fútbol de élite nos tiene que dar para tener una continuidad durante muchos años, no sé si en Primera, pero sí en la élite de la Liga de Fútbol Profesional (Primera y Segunda División), que es estar lejos de la Segunda B...

El fútbol un peldaño por debajo del marco de la LFP puede ser muy duro.

Hay problemas económicos… Ahí es donde el Eibar tomó la decisión de establecer una política firme de déficit cero y se vio obligado a reestructurar muchas áreas, tuvo que reducir personal… Fue duro, en mi caso, tuve la suerte de que contaran conmigo para el cargo en el que estoy ahora y a partir de ahí, con trabajo, mucha dedicación y siendo hormiguita -creo que es bueno tener esa referencia de la hormiguita- pues hemos llegado donde estamos. ¿Hasta cuándo? El máximo que podamos.

La gestión del Eibar es absolutamente romántica, es el club de fútbol por encima de todo mientras el mundo está plagado de inversores llegados de aquí y allá.

Yo creo que nuestro modelo se ajusta a lo que es el Eibar. El club es de los accionistas. Los accionistas están muy repartidos, muy atomizados, el club es muy de todos. Hay una gestión de un Consejo, que es un Consejo de gente del pueblo. El Eibar es un poco diferente al resto. Precisamente, uno de los secretos que diferencian al Eibar viene desde el diseño: por como está repartido, por el número máximo de participaciones que puede tener un accionista. Aquí no puede venir un chino o un japonés y comprar la mayoría.

¿Se imagina lo que podría hacer con 20 millones para fichar?

Yo creo más en nuestro modelo, quizás porque es el que he conocido, pero si ahora viniera un americano, comprase el club y dijera: «Toma 20 millones de euros para confeccionar la plantilla, el objetivo es jugar en Europa». Entonces, probablemente, nos llevaríamos un tortazo. Primero porque esos 20 millones no te van a garantizar la clasificación. Segundo, porque la filosofía sería diferente. Tercero porque ya no existiría ese sentimiento de conexión pueblo-aficionado-club… creo que el modelo que se ajusta al Eibar es el que es y no debe cambiar. Por sentimiento, por saber quiénes somos y de dónde venismos y porque ayuda a no perder esa perspectiva. Yo creo que los valores que tenemos se mantienen con este modelo y si viniera otro estos valores se perdierían seguro.

La identidad es un plus total, el valor con el que marcan la diferencia.

Hace 25 años que conozco al Eibar, lo he visto ascender y lo he visto descender. Su identidad procede de los jugadores que trabajaban antes de jugar, que se levantaban a las seis de la mañana, en turno de relevo, para poder entrenar por la tarde; existe mucho de eso y no hace tantos años. Esa identidad y esa forma de entender el club creo que tiene que ver con los valores. Nosotros ahora estamos en un gran escaparate y estamos hablando del ‘Modelo Eibar’ y de sus valores, pero vienen heredados de esa gente, no de los que ahora están. Esos tienen unos contratos altos, son gente profesional pura y dura. El Eibar viene de los que trabajaban a relevo y venían después a entrenar o viajaban en autobús 18 horas. Ahora vamos a Valencia en vuelo chárter.

La cuestión es que en un fútbol tan mercantilizado esos valores, precisamente, parecen una revolución.

Cuando hablas de ésto con los jugadores, cuando te reunes con ellos en su casa, con la novia, la mujer o la madre, les llevamos también un vídeo de lo que es el Eibar; de lo que somos, de lo que éramos y les explicamos lo que queremos de ellos. Hace poco tuve una reunión con las mujeres, la plantilla tiene al club para lo que necesite. El jugador tiene que hacerse familiar y tiene que sentirse parte importante del club; tiene que haber una unión desde las oficinas hasta los jugadores. El futbolista está viviendo en el pueblo y la aficion, aunque perdamos tres, cuatro o cinco partidos, le va a aminar porque es honrado en el campo, aunque no haya estado brillante en una acción. Eso hay que trabajarlo, día a día, con decirlo no vale. El jugador tiene que ver que, en un momento dado, igual no le compensa ir a ganar un poco más porque en Eibar se siente de esa manera, en familia, parte del pueblo.

Nada más llegar, Ayestaran ha puesto el acento en todo eso, en la convivencia, en lo ambiental, en reforzar la confianza y potenciar la felicidad del grupo.

Para nosotros, comer tres días en el club es importante para la convivencia. Tener un readaptador disponible 24 horas al día, una nutricionista capaz de hacer una dieta a la medida para reducir el riesgo de lesiones a nivel muscular... Todo eso nosotros lo cuidamos al máximo proque nos parecen detalles claves para un club que tiene sus carencias y también esas virtudes.

Queda la duda de si el ‘Modelo Eibar’ podría funcionar en un grande… o quizás hay mucha gente empeñada en que parezca imposible.

La respuesta es complicada porque no estoy en uno de esos clubes. No sé como trabajan lo que aquí trabajamos. Quizás todo ésto sea más facil de ajustar en el Eibar que en otros clubes con una magnitud mayor o con unos egos, unos salarios más altos o otra cultura de club… quizás no se implanta porque no se cree en ello. Nosotros creemos mucho en ello y nos ha ido bien así, pero no sé si esto mismo en otro club sería fácil de asimilar, igual sí, igual no. Aquí es más fácil porque lo estás potenciando y lo estas trabajando. Yo intentaría llevarlo a un grande, pero queda la duda de si se asimilaría como en Eibar. El futbolista tiene otro estatus, hay quince internacionales, cuatro o cinco españoles cuando aquí tenemos cuatro o cinco extranjeros. La gente es más humilde porque viene de Segunda; tenemos a un croata de la Sub21 y no al mejor jugador de Croacia. Cada club tiene su complejidad. No es fácil ajustar tus creencias a otros clubes, pero igual es cuestión de analizar o trabajar para ver si puede funcionar o no.

Lo que está claro es que el jugador agradecen todo eso… al menos un poco.

Si... Al final se trata de ser fiel a tus ideas, aunque con resultados es más facil creer en ello. Si pierdes, dudas y el jugador pierde implicación. Sin embargo, no hay que perder la perspectiva, indistintamente del resultado. Hay que trabajar y creer. No se puede ser tan resultadistas. Cada club tiene una identidad y hay que adaptarse a ella.

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