El expresidente del Valencia CF Juan Bautista Soler y el que fue su vicepresidente y más tarde presidente, Vicente Soriano, defendieron este martes que los 50.000 euros que la entidad abonó al Instituto Nóos fueron un patrocinio que repercutió en publicidad para la sociedad deportiva. Esta versión dista del testimonio que el propio Soler hizo ante la policía en el mes de enero de 2012, cuando acudió como testigo en una de las piezas del caso Palma Arena que investigaba las actividades de Nóos y de Iñaki Urdangarín. Entonces, el que era máximo accionista del Valencia declaró que se sintió «obligado» a colaborar a pesar de que pensaba que «había algo de tufo» en este asunto. «En el Valencia no había dinero, ya que la entidad estaba en pérdidas, por lo que el declarante no era partidario de dar dinero. No obstante, se sintió obligado, debido a que era Iñaki Urdangarin quien lo pedía, a darlo», se podía leer en la transcripción.

«Se trataba de un acto extraño, ya que no dejaban claro el objetivo final, ni para qué lo querían», dijo entonces Soler en referencia al dinero, y añadió detalles como que tanto el hecho de que la convocatoria partiese de la Presidencia de la Generalitat como que luego apareciera Urdangarín hizo que tanto a él como a otros «no les gustase».

Los dos expresidentes del Valencia CF declararon este martes como testigos ante el tribunal de la Audiencia de Palma que juzga el caso Nóos, el primero por videoconferencia y el segundo de manera presencial. Soler en esta ocasión indicó que asistió en la sede del club a una reunión con Urdangarín organizada por Soriano en la que el marido de la infanta Cristina le pidió colaboración de la entidad para los foros sobre deporte Valencia Summit, aunque no le solicitó ninguna cantidad concreta. «Les dije muy claro que no teníamos dinero», incide el testigo, que finalmente decidió contribuir como patrocinador mediante la inclusión del escudo del equipo en carteles anunciadores del foro a cambio de 50.000 euros. «Era prácticamente el precio de un anuncio de una página en un periódico local un domingo», argumenta Soler, que defiende a Urdangarin como «una persona a la que se respetaba por ser quien era y por haber sido deportista de elite». Ese precio, en realidad, no es lo que cuesta una página de publicidad en cualquiera de los diarios de Valencia un domingo, sino alrededor de ocho veces más.

Soriano, vicepresidente del Valencia CF cuando se formalizó el acuerdo, coincidió con Soler en que el patrocinio tuvo una repercusión positiva para el club: «La publicidad siempre es buena». También ratifica que Urdangarin no solicitó ninguna aportación concreta a la entidad deportiva y que su papel en el acuerdo fue el de «mediador social». Fue días después cuando otros miembros del Instituto Nóos concertaron encuentros individuales con los empresarios.

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