El próximo 12 de junio se cumplirá un año de aquel comunicado sorpresa del São Paulo anunciando el traspaso de Rodrigo Caio al ValenciaRodrigo Caio. El futbolista nada tuvo que ver con lo que sucedió, antes y después. La secuencia terminó en drama y está ligada con el triste desenlace de esta temporada: Amadeo Salvo y Rufete dejaron el club, Nuno Espírito Santo asumió el control absoluto y el futbolista regresó a Brasil, descartado por los informes de las tres revisiones a las que se sometió desde que aterrizó en Manises. La rotura de rótula que sufrió, con 15 años, provocó un desarrollo desigual en sus rodillas y eso cristalizó en las pruebas como factor de peligro inexcusable. Los médicos advirtieron del riesgo a la hora de asumir una operación de 16 millones de euros. Después, el jugador podía lesionarse o no. Otra cuestión era y es su rendimiento, porque como está confirmando ahora, Caio es capaz de competir a alto nivel.

São Paulo intentó borrar las huellas asegurando que la operación no se cerró por "divergencias contractuales", sin embargo, pocos días después, el Atlético descartó quedarse con Rodrigo Caio por la misma alerta médica. Con otras cantidades, el desenlace pudo haber sido distinto. El coste del brasileño, por ejemplo, representaba, en el plan de Rufete, el presupuesto destinado al ´hombre mercado´ de la temporada: Giannelli Imbula. Ese objetivo era un impedimento para el negocio de Jorge Mendes, que remató el traspaso del central/ pivote con São Paulo a traición. El interior francés estaba hecho€ a falta del OK de Peter Lim, que contaba con Salvo dentro, pero encontró un problema definitivo: Nuno no soportaba la convivencia con Rufete y eso, entre otras cuestiones (personales, profesionales, morales), dinamitó la estructura y determinó el proyecto.

Apostó por volver a empezar

Rodrigo Caio llegó feliz por la promesa del salto a Europa y se marchó humillado, superado por un contexto de guerra de guerrillas y desalentado por los informes médicos que desaconsejaron su fichaje. Jorge Mendes estaba dispuesto a hacerle hueco en Benfica, pero el brasileño decidió regresar a São Paulo y volver a empezar. La apuesta le ha salido redonda.

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El tiempo le ha servido la oportunidad y el marco „importante„ para reivindicarse. Hoy, Caio se ha establecido definitivamente como uno de los mejores centrales jóvenes del fútbol brasileño. No es Thiago Silva, pero tiene condiciones. Deco lo definió para SUPER como "una especie de Rafa Márquez" y la idea está bien tirada, por calidad para jugar el balón, claridad para entender las dos fases del juego y regularidad. En la madrugada del jueves, São Paulo selló su clasificación para las semifinales de la Copa Libertadores, la gran competición de clubes en Sudamérica. Caio sufrió (incluso se le puede adjudicar parte de la responsabilidad en el segundo gol encajado por los paulistas), pero fue capaz de resistir (2-1) ante los atacantes de Atlético Mineiro en un escenario tremendo para los visitantes. En la ida, el defensa también se encargó de marcar a Lucas Pratto, al que eliminó con brillantez (1-0) y con el que conquistó definitivamente a la crítica. São Paulo se medirá en la próxima estación a Atlético Nacional, una eliminatoria que será magnífico en dos direcciones: escaparate y termómetro competitivo.

Salto de calidad con Bauza

"No es para tanto", comenta un sector de la prensa especializada. Justificar una inversión de 16 millones de euros, sigue siendo difícil, pero „a este nivel„ hubiera mejorado a Aderllan y a Abdennour. La llegada de Edgardo Bauza, entrenador que proyecta sus equipos sobre la defensa, ha servido para fortalecerlo como zaguero. El problema nunca fue la calidad de Caio „de hecho, su perfil nada tiene que ver con Imbula„, el fichaje no se realizó por el riesgo médico real; la clave fue el fondo y las formas€ el negocio por encima del fútbol.