Pocos alicientes tenía el aficionado valencianista para acercarse a Mestalla a despedir una triste temporada, sin ir demasiado lejos, la cuarta peor de toda la historia del club en sus 81 años en Primera División. Tan sólo la ilusión de disfrutar de una victoria en un curso con 16 derrotas en la Liga, asistir al debut de las perlas de la cantera o, incluso, ver como el ataque del equipo ponía a prueba a un portero que hace menos de un año estuvo prácticamente fichado por el Valencia CF, Gero Rulli. Sin embargo, el arquero argentino se marchó del estadio que pudo ser el suyo con el traje impoluto.

La inoperancia y la escasa ambición del equipo ayer frente a la Real Sociedad se ejemplifica a la perfección con un dato revelador. El portero que en la actualidad está en la agenda de Liverpool y Barça, en el caso de que Ter Stegen salga de la entidad culé, no tuvo que hacer ni una sola parada. El Valencia no ejecutó ningún remate a portería, o lo que es lo mismo, entre los tres palos. La acción que más obligó al meta argentino fue un centro erróneo de Guilherme Siqueira en posición franca con el que intentó buscar a en el segundo palo a Sito, el único de los canteranos al que Pako Ayestaran dio la alternativa. Rulli estiró los brazos y blocó sin problemas antes de devolver el balón a dominio de sus compañeros.

El juego fluido de la Real Sociedad —con apoyos constantes en un centro del campo más intenso y dinámico— fue desdibujando poco a poco a un Valencia donde ayer únicamente André Gomes intentó jugar al fútbol a ritmo superior. El control del partido correspondió a los pupilos de Eusebio, mientras que la respuesta local apenas consistió en ataques aislados que, casi siempre, concluyeron en nada.

En los primeros 45 minutos el bloque de Pako Ayestaran disparó solo dos veces. Un disparo rebotado de Pablo Piatti y un cabezazo ligeramente desviado en el último suspiro de Aderllan Santos en un saque de esquina botado por Parejo. Fue, precisamente, el canterano Sito el único que emuló a André en esa primera parte con una de esas acciones que gustan al público. Un par de regates eléctricos para zafarse de dos y avanzar hasta que forzó la amarilla de Illarra, que lo tiró al suelo para evitar males mayores.

Nada cambió durante el segundo asalto. Las mejores combinaciones seguían siendo realistas y el Valencia no pasó de algún que otro arreón, como en el que André sirvió con clase una perfecta asistencia vertical hacia Santi Mina. El gallego hizo un remate fallido ante la salida de Rulli en la única jugada valencianista trenzada con peligro.

En la recta final la parroquia de Mestalla abroncó a Ayestaran por el último cambio. Sacó del campo a André, dejó a Carlos Soler sin la oportunidad de debutar y apostó por Negredo. El sistema pasó a un 4-4-2 con los dos nueves, el vallecano remató en un par de ocasiones aunque sin encontrar las redes de Rulli. Antes Jaume pudo sacar un balón envenenado, pero al final Oyarzabal cerró con su gol un annus horribilis en Mestalla.