El Valencia no va a ejecutar la opción de compra que tiene sobre el futuro de Danilo Barbosa y que caduca este jueves a las siete de la tarde, hora peninsular. El futbolista brasileño, que aterrizó en València el verano pasado tras ser reconocido con el balón de plata del Mundial Sub´20 (donde lideró a Brasil hasta la final con el brazalete de capitán), está en su país de vacaciones a la espera de conocer por dónde va a ir su futuro después de experimentar un año de máxima exigencia en un contexto de alta tensión como Mestalla ante la cuarta peor temporada de la historia del club. A pesar de que su juventud (cumplió 20 años en febrero) no ha encajado con la inestabilidad y la ausencia de un modelo que ha visto pasar cuatro entrenadores en los últimos meses, el futbolista, considerado como uno de los jóvenes con el futuro más brillante del fútbol internacional, ha dado muestras de su potencial en sus 34 participaciones y hasta la llegada de Pako Ayestaran ha mantenido una tendencia de crecimiento, siendo una pieza clave en la rotación del Valencia, tanto con Nuno como con Neville, que a diferencia del vasco sí reconocían en él un activo valioso a medio plazo.

El futbolista mantuvo una pequeña charla con Ayestaran antes de finalizar los entrenamientos en Paterna y desde entonces no ha recibido ni una sola comunicación del Valencia en ninguno de los sentidos acerca de su futuro. Ni él ni su representante han tenido noticias del club de Mestalla desde que abandonó las instalaciones por última vez el pasado 27 de mayo. Entre tanto, García Pitarch anunciaba en la presentación de Ayestaran como nuevo entrenador que se estaba intentando encontrar alguna solución para seguir contando con el futbolista, un mensaje que pilló por sorpresa a su entorno. "Estamos intentando retrasar la decisión o ampliar un año la cesión del jugador, si la decisión es la de invertir ese dinero hoy seguramente sería no", dijo. La realidad es que el director deportivo del Valencia solicitó al presidente del Braga, club que posee sus derechos, prorrogar la cesión un año más y renegociar los términos de la operación, algo que António Salvador, dirigente, no vio con buenos ojos. A los responsables de la parcela deportiva del Valencia les gusta el futbolista pero reconocen otras necesidades más urgentes y trabajan para incorporar jugadores de rendimiento inmediato para relanzar el equipo.

La sensación, en cualquier caso, es que el futbolista despierta confianza a futuro entre los dirigentes valencianistas pero no hay una convicción a presente. Y eso es precisamente lo que necesita el jugador, estabilidad y un contexto de confianza para desarrollar todo su potencial. Un entrenador que crea y que apueste por él, en definitiva. Su voluntad era la de seguir creciendo en el Valencia, donde a pesar de su personalidad introvertida se ha implicado al máximo con su integración (recibía clases de castellano y comenzó a estudiar para sacarse el permiso de conducir), pero salvo que el Braga rebaje sus pretensiones en lo que resta de verano va a ser complicado. Hoy expira el plazo para ejecutar la cláusula y el contacto entre clubes dejó de producirse hace semanas. Tiene muchas ofertas.