Javi Fuego es otro de los nombres propios de este verano. El asturiano, un hombre de la confianza del técnico, que viajó a Singapur en una selecta representación de activos clave para el proyecto, tiene dudas acerca de su futuro. Se lo piensa. En el horizonte, dos posibilidades: liderar al equipo en esta transición competitiva, inculcando valores como el compromiso y ayudando a regenerar el tejido competitivo; o aceptar la propuesta del Espanyol que tiene encima de la mesaEspanyol. Y una circunstancia determinante. Al futbolista, que le seduce la posibilidad de jugar al menos 30 partidos y ser un hombre importante en el equipo, tanto dentro como fuera del terreno de juego, le resta solo este año de contrato con el Valencia y para rechazar la oferta del Espanyol, que prácticamente le triplica el salario actual, pide prolongar su vinculación con el club de Mestalla. La fórmula para que se quede es renovando.

Ante ese panorama, resalta la figura de Enzo Pérez. El argentino acepta el reto y se convierte en un líder ante la falta de contrapeso. Pako le transmitió a final de curso que debía salir pero el planteamiento ha cambiado respecto a comienzos de verano. Ayestaran ya le expresó en aquella conversación que a él le hubiese encantado desencadenar su potencial y que reconocía sus cualidades así como su versatilidad —le gusta la idea de ubicarlo entre los centrales, algo que ya probó en el Bernabéu, donde el medio jugó infiltrado— pero su salida respondía a otros motivos. Analizado su rendimiento y el alto voltaje con el que se desempeña en los entrenamientos, el técnico no tiene dudas, ve en el mendocino un actor principal de su Valencia y García Pitarch ya lo sabe. Pako le ha dado un nuevo impulso, le hace sitio como ‘6’ y le dio el brazalete por delante de Alves. Se le ha hecho un plan anti-lesiones y hay confianza en que sea el año de su explosión.