Suso García Pitarch fue a Milán a vender a Álvaro Negredo y volvió con Nani bajo el brazo. La lógica apuntaba a que el Valencia no debía intentar ninguna incorporación hasta que lograse desatascar la operación salida, por la necesidad imperiosa de desprenderse de al menos tres o cuatro jugadores que disparan el coste de la plantilla, pero en ese momento pensó que no podía ni debía dejar pasar la oportunidad de incorporar un futbolista que eleva notablemente la calidad de la plantilla. Eran los últimos días del pasado mes de mayo, justo antes de la final de la Champions League en San Siro, nada más regresar de un viaje a Singapur donde los términos económicos del proyecto habían quedado más que claros. En el momento que apareció en el radar la posibilidad de fichar al internacional portugués lo cambió todo.

Lim aprueba la apuesta

Así se lo transmitió García Pitarch a Peter Lim y a partir de ahí la maquinaria se puso en marcha. El director deportivo viajó a Lisboa y allí obtuvo el «sí» del futbolista, el día que asistió en el palco privado de Jorge Mendes al partido amistoso entre las selecciones de Portugal y Estonia, justo antes del comienzo de la Eurocopa. Uno de los agentes del jugador llegó a entrevistarse personalmente con el propio Lim en Singapur y, por último, García Pitarch cerró el fichaje con el presidente del Fenerbahçe el día 26 de junio, un día antes de que al propio Aziz Yildrin se le ocurriera la brillante idea de deslizar la noticia en una cena delante de varios periodistas turcos, cuando dijo aquello de «Nani jugará en el Valencia». El fichaje, en ese momento, ya estaba hecho.

Son muchas las razones que han llevado al Valencia a hacer una excepción y arriesgar fichando a Nani sin antes haber sacado ningún jugador de la plantilla. La calidad del jugador está fuera de toda duda, pero además había una cláusula según la cual su precio de mercado era de 8,5 millones hasta el 30 de junio y el Fenerbahçe estaba obligado a venderlo si recibía una oferta por ese valor. A partir de ese día lo podía aumentar y, viendo su actuación en la Eurocopa, hoy el club turco seguramente no lo vendería por menos de 12 millones de euros. Hay más. Desde el momento en que García Pitarch le transmitió el interés del Valencia CF, el jugador portugués descartó cualquier otra opción que no fuera jugar en Mestalla. Su compromiso fue total. Ese es uno de los puntos que ha disipado cualquier duda que pudiera existir acerca de su contratación.

Nani podía seguir jugando en Turquía, donde era capitán general de uno de los mejores equipos del país, no ha escuchado ofertas para regresar a la Premier League, e incluso ha rechazado proposiciones de locura para jugar en China y en Emiratos Árabes ganando una auténtica fortuna. Incluso podía esperar que acabase la Eurocopa, donde se ha convertido sin lugar a dudas en uno de los futbolistas más destacados de una selección que tiene muchas posibilidades de ser campeona de Europa.

Pero no, el Valencia apostó fuerte por Nani y Nani ha apostado fuerte también por el Valencia. El futbolista era plenamente conscientes de que su llegada comporta un riesgo porque el club no lo podría inscribir el 31 de agosto si no hace los deberes y coloca jugadores hasta adaptarse al límite que marca la Liga de Fútbol Profesional, pero su deseo de jugar en LaLiga y hacerlo con el Valencia ha sido más fuerte. El fichaje de Nani por el Valencia se resuelve en forma de apuesta total, por parte del club y del ´17´. Es un buen principio que deberá dar resultados en el césped.