El esfuerzo es una máxima innegociable para Nani. Un estilo de vida que ha seguido con firmeza y que le ha llevado a la élite. El fichaje estrella del Valencia se crió en el distrito portugués de Amadora con un ambiente hostil y huérfano de oportunidades. Pese a las adversidades, Nani quería forjarse un nombre en la historia del fútbol y esquivó los malos hábitos de sus compañeros. Hoy es una leyenda de Portugal.

«Fue una sensación muy extraña cuando Cristiano se fue porque era nuestro mejor jugador. Pero rápidamente tenía que levantar la cabeza y dar confianza y motivación al equipo para continuar. Lo que tienen que hacer los capitanes». Estas palabras de Nani en The Guardian definen su estilo de vida. El portugués ha combatido siempre por convencer a los escépticos que si uno cree y trabaja duro puede alcanzar los objetivos más ambiciosos que se proponga en la vida. En la Eurocopa cambió la historia de la Seleçao con el espíritu guerrero que ha exhibido durante su trayectoria, que ha estado repleta de obstáculos. Toda su vida le pasaba por la cabeza cuando se convertía en leyenda en París. Los grandes de Portugal lo descartaron de niño por pequeño y delgado. Y creció en un entorno conflictivo, con la ilusión de alcanzar la gloria en el fútbol. «Algunos de mis amigos iban por el camino equivocado -fumar, drogas y todo- pero yo nunca he querido seguir ese camino. Éramos muy pobres, pero toda mi vida he sido un luchador». De la más absoluta pobreza de Amadora pasó a la prolífica cantera del Sporting y a las geniales manos de Sir Álex Ferguson. En Old Trafford pasó del cielo al infierno... pero Nani ha resurgido de sus cenizas para brillar en Mestalla. «Creo que es por eso que estoy aquí, porque voy a luchar hasta el final».