Pako Ayestaran juega su primera final este domingo ante el Athletic. Además de lo que arrastra de la pasada temporada, el técnico ha encendido todas las alarmas con un balance de cero puntos sobre nueve posibles, pleno de derrotas, ocho goles en contra y el inicio más deprimente de los últimos diecisiete años. Al Valencia CF no le alcanza para ganar a rivales de perfil medio/bajo como la UD Las Palmas, el Eibar o el Betis, una dinámica que en la tercera jornada ya ha desencadenado un ambiente de preocupación en el seno del club en torno a la figura del entrenador.

Buena muestra de ello es que García Pitarch el domingo bajó al túnel de vestuarios al descanso, con resultado desfavorable, y este lunes se presentó a primera hora en la Ciudad Deportiva de Paterna. El director deportivo se citó allí con la presidenta Layhoon y ambos mantuvieron una reunión de urgencia con Pako Ayestaran para transmitirle su inquietudPako Ayestaran, escuchar lo que tenía que decir y hacerle saber que esto hay que arreglarlo cuanto antes. Si el Valencia no da la talla ante el Athletic la destitución del entrenador será una posibilidad que comenzará a estar encima de la mesa.

La situación no es ni mucho menos definitiva pero la intranquilidad crece al ritmo que se prolonga la racha de derrotas y no llegan los resultados. El Valencia transmite, sí, pero con eso ya no es suficiente. El equipo no es fiable en términos competitivos y Ayestaran debe demostrar que el reto no le supera. El calendario en las primeras jornadas era una arma de doble filo. Ante un puñado de rivales asequibles, la disyuntiva era clara: ganar suponía la posibilidad de armar una buena dinámica para olvidar el curso anterior, perder era adentrarse en un escenario extraordinariamente fértil para las dudas y las inseguridades. El conjunto de Mestalla, en efecto, y pese al marcado contraste de sensaciones con el pasado y el optimismo que ha generado la llegada de jugadores de la talla de Garay, Mangala o Munir, parece vivir atrapado en una continuidad de lo que fue en la temporada 2015/16.

El partido en San Mamés es un escenario complicado como para cimentar una dinámica de reacción. Competir y convencer. No hay más. Esas son las premisas. Incluso perdiendo. Todo lo que esté por debajo de ese mínimo será zona de riesgo. Y es que aunque cero puntos de doce posibles serían una marca difícil de encajar, después el Valencia se enfrentará a Alavés y Leganés, partidos que debería ganar para tener un balón de oxígeno antes de recibir al Atlético.

Defendió el mismo discurso

El momento del equipo es delicado y la de García Pitarch y Layhoon con Ayestaran no fue la única reunión de la jornada en Paterna. Entre las diez y las once menos veinte de la mañana la plantilla y el técnico se encerraron en el vestuario para analizar punto por punto la derrota contra el Betis. Cuarenta minutos en los que el entrenador insistió a la plantilla en que la línea competitiva del equipo es la adecuada y explicó que está satisfecho con la puesta en escena, a excepción de errores cometidos como la expulsión de Enzo Pérez, los goles encajados y los despistes defensivos de Cancelo. Ayestaran está convencido de que el equipo saldrá adelante. Cree que este es el camino y que «los errores son puntuales», que no hay un fallo de sistema defensivo. El técnico defendió en el vestuario exactamente el mismo discurso que en la rueda de prensa posterior al encuentro. Mismo nivel de autocrítica. Pako, eso sí, advirtió a sus hombres de la necesidad de ganar en San Mamés. Es la hora de convertir sensaciones en resultados y comenzar a sumar, de lo contrario, dijo, el equipo estará en problemas.