Son las nueve de la mañana y los futbolistas ya están sobre el césped del campo número cinco de la Ciudad Deportiva de Paterna. No está Paco Alcácer. No porque se encuentre de camino a Barcelona sino porque Pako Ayestaran ha decidido separar al equipo en dos grupos de trabajo distintos. Uno, sobre el terreno de juego a primera hora y en el gimnasio después y otro en el orden inverso. Al técnico, más allá del trastorno de perder al goleador del equipo, no le trastoca los planes el estruendo mediático del culebrón Alcácer. El partido contra el Eibar es el sábado y el calendario no permite distracciones, más tras la derrota ante la UD Las Palmas en la primera jornada de Liga.

Entre los jugadores el ambiente es el habitual. No hay silencios incómodos durante la sesión. César bromea con Rodrigo. "Enzo se está preparando para las próximas olimpiadas", dice el técnico, destacando el estado físico del argentino. Santi Mina juega con Jaume. Medrán con Ryan y Siqueira saluda a los canteranos. Todos están al tanto de que la situación del delantero de Torrent está a punto de vivir su desenlace definitivo: se va al Barça. El delantero entrena en el interior de las instalaciones y justo una hora después, a las diez de la mañana, sale con total normalidad al césped de Paterna para practicar las jugadas de ataque desde la banda.

Está previsto que los clubes intercambien la documentación oficial este jueves pero el traspaso no estaba cerrado por la mañana. El delantero se ejercita con normalidad a la espera del 'OK' definitivo para ser jugador del Barcelona en una sesión de la que se ha ausentado Fede Cartabia, que sigue aquejado de sus dolencias en el aductor y ha hecho trabajo con los fisios.