Enzo Pérez y Garay admitieron que hay exceso de tensión€ en la tercera jornada. «Queríamos darle una victoria a la afición y empezamos ansiosos, demasiado nerviosos», así fue como el argentino justificó la incomparecencia del Valencia durante la primera parte. Los males „ansiedad y nervios„ no son buenos compañeros en competición. Tres partidos, tres derrotas y ocho goles encajados. Hablar de mala suerte es quedarse en la primera capa de los problemas del equipo. El Valencia no deja la portería a cero desde la jornada 34 de la temporada pasada. Eso son siete partidos: un empate y seis derrotas. En la pretemporada, todos los rivales marcaron, incluido el All-Stars de Nigeria. La presencia de Garay y Mangala en el eje de la defensa tampoco supuso una revolución respecto al rendimiento ofrecido por Aderllan, Vezo, Mustafi o Abdennour. Montoya, Cancelo (señalado) o Gayà también son víctimas del sistema. El Valencia defiende mal y los problemas empiezan desde el delantero, no es un tópico. La estructura hace aguas, por organización y por la naturaleza de los futbolistas.

Las situaciones de superioridad en contra, dos contra uno, se multiplican. Faltan ayudas y los rivales superan al Valencia con sencillez, vale con un apoyo y una pared. Sucedió en el debut ante Las Palmas. No es sólo una cuestión de eficacia, los goles del Betis fueron tremendos, dignos de un equipo no trabajado. El segundo, tras un saque rápido de Adán y un simple cambio de orientación que dejó a Joaquín mano a mano con Alves. Sin la colaboración de los centrocampistas es imposible. El Valencia tuvo poca recuperación, no presiona con eficacia, el balón circula sin filtros.

Reacción descontrolada

Durante una hora, el Betis, uno de los equipos que más ha cambiado durante el verano y que está más necesitado de automatismos, superó a los locales con mejor orden. Poyet, cuestionado, ya lo advirtió el viernes: «Tenemos uno de los mejores centros del campo de LaLiga». Petros, Fabián, Gutiérrez y Brasanac (el serbio se estrenó exhibiendo su recorrido), se impusieron a Parejo, Enzo y Mario, que no supo sostener al Valencia: no creó y tampoco recuperó. Ayestaron fue rotundo en sala de prensa, el problema estuvo en las pérdidas de balón, por la zona y el alto número.

En la segunda parte, el equipo saltó más firme, pero la temprana expulsión de Enzo (revolucionado en exceso) no permite confirmar los brotes verdes. En el peor momento, con un jugador menos y a falta de un plan de juego superior, el Valencia tiró de orgullo. Una cuestión mínima jugando en Mestalla. El Betis perdió el control, se fue del partido y el Valencia pudo golpear gracias a la actividad de Rodrigo, Medrán, Nani, Munir „punta por la derecha„ y Parejo. El partido corría abierto, con los dos equipos partidos (demasiado), desajustados y hubo un intercambio de golpes y llegadas que pudo favorecer al Valencia, pero también al Betis€ como ocurrió. Los dos equipos acusaron el desgaste físico y la temperatura. Garay y Mangala jugaron sus primeros minutos juntos, en la tercera jornada, y eso no es mala suerte, es planificación.