Cancelo es Cancelo y su circunstanciaCancelo. El trágico episodio del accidente de tráfico en el que falleció su madre, Filomena, afectó bruscamente a la personalidad de Joao. Sucedió en enero de 2013, apenas año y medio antes de aterrizar en Mestalla procedente del Benfica. Él también se encontraba en el vehículo en el momento en que se salió de la carretera, un matiz que escarba un boquete todavía más grande ante esa pérdida irreparable. Entonces tenía 18 años y aunque supo levantarse con energía de aquel varapalo, el futbolista se fue encerrando en sí mismo, experimentando una regesión emocional producto de la inseguridad, el ingrediente que ha marcado su vida desde entonces y que no tardaría en trasladarse al césped hasta difuminar su rendimiento, en ocasiones luminoso y en ocasiones irregular y poco efectivo. Nadie a su alrededor tenía dudas al respecto de su enorme potencial pero para liberar al futbolista que lleva dentro y desencadenar al Cancelo que todos adivinan a medio plazo primero debía hacerse más fuerte en el aspecto psicológico.

De un tiempo a esta parte, en el club de Mestalla advierten una mejoría por parte del futbolista en este aspecto y explican de este modo su salto de calidad. Cancelo ha logrado dar ese paso clave, una superación que mezcla con el impulso que supone para él jugar de extremo, alejado de responsabilidad defensiva. Esa liberación viene siendo escenificada en las últimas semanas, concretamente desde el último paréntesis de la competición, cuando volvió a la selección absoluta de Portugal, lo que supuso una inyección de confianza en un momento de fragilidad y de dudas. El ´Doctor Joao y Míster Cancelo´, que mostró su cara gris en Mestalla, fue el peaje a pagar en esa frontera. El futbolista marcó con Portugal, donde ha comenzado con unos registros anotadores extraordinarios y regresó lanzado. En efecto, tal y como ha demostrado desde entonces, ha adquirido un punto de atrevimiento que lo desliza como uno de los hombres con más regates de las últimas jornadas además de una seguridad en sí mismo que ha volcado el caudal ofensivo del Valencia hacia la banda derecha, de la que se ha convertido en dueño absoluto.

Listo para ser protagonista

El equipo, como ocurrió en Riazor, le busca constantemente para desatascar y generar peligro. Una realidad que no le asusta. En cuanto le llega el balón asume que es él quien tiene que desequilibrar y encara en dirección al área rival. No importa que tenga un ejército delante. Ese grado de confianza es un primer paso hacia la madurez competitiva. Joao tiene la velocidad, la aceleración y el regate para dominar el juego exterior pero tiene que conseguir ser todavía más efectivo y asentarse y asumir los conceptos defensivos necesarios para ser fiable también como lateral. En cuanto el equipo crezca trasladará su contribución algunos metros más adelante, algo que puede servirle para ser todavía más protagonista.

Libre de cargas para competir

Detrás del jugador de estilo libre hay condiciones naturales y también trabajo. Después del accidente necesitó el apoyo de psicólogos, no sólo por el golpe radical que supuso perder a su madre y la crisis emocional que vivió junto a su familia, también para recuperar y potenciar la confianza en su juego. No todo es tan sencillo como parece. Gestionar aquel escenario no fue sencillo. El Cancelo futbolista y el Cancelo persona forman parte de un todo difícil de desarticular. Los técnicos que han seguido de cerca su carrera y han atendido a su progresión tienen claro que es un talento con todo el material para explotar como un jugador superior. Sus carencias defensivas tendrán remedio con el paso de los partidos y de los años.

Lateral del futuro, ahora mismo rompe como el futbolista más desequilibrante del Valencia en ataque y creciendo. La mezcla con Montoya ha estabilizado la banda derecha, aunque el portugués mantiene sus desconexiones defensivas. Las bajas pueden obligar a Prandelli a retresarlo al lateral, pero los números refuerzan la apuesta por su versión como extremo. Cancelo está destinado a pelear con Neymar como mejor regateador de LaLiga; su línea de crecimiento puede situarlo entre los mejores de Europa. La mezcla es perfecta: técnica y velocidad.