Decir hoy día 8 de noviembre de 2016 que Peter Lim está pasando por su peor momento desde que comprara el Valencia CF el pasado viernes 24 de octubre de 2014 es decir una verdad casi matemática. Y es casi y no absolutamente matemática porque, aunque parezca complicado, puede ir a peor si el equipo sigue sin lograr resultados. Pensar que el Valencia no gane su próximo compromiso, el domingo 20 de este mes en Mestalla ante el Granada, tiene tintes dramáticos, pero no por ello deja de ser en el fútbol una posibilidad. El propietario del Valencia ha puesto dinero, pero su credibilidad ante los aficionados está por los suelos porque su manera de gestionar la inversión ha generado problemas deportivos, económicos y sociales.

No hay más que echar un vistazo a la clasificación para calibrar lo profundo del problema deportivo que tiene el Valencia en estos momentos; en la jornada once de la Liga está a un punto del descenso, ha sumado cuatro puntos de los últimos quince que ha disputado y además ya ha cambiado de entrenador esta temporada, si bien, la figura de Cesare Prandelli es la única que inspira confianza a los aficionados en estos momentos porque el italiano tiene de momento escasa responsabilidad en lo que sucede con el equipo.

Y todo ello con una plantilla que despierta la desconfianza entre los aficionados porque el pasado verano el club vendió a algunos de sus mejores jugadores -André Gomes, Alcácer y Mustafi- pero los cien millones de euros que se recaudaron con esas ventas no fueron a parar al equipo. Como la propia Layhoon explicó, las ventas se debieron a la necesidad de vender por el control financiero de la Liga y el dinero se destinó a no generar más deuda, no a pagar deuda del pasado. El matiz importa, no se venden jugadores para pagar la deuda recibida, pero el equipo resultante no da la talla. Importa más.

Pero además de los problemas económicos que tiene el club en forma de control financiero de la Liga, problemas que se ha creado el propio club por gestión de la temporada pasada y la reducción drástica de ingresos, sobre el proyecto de Peter Lim planea la sombra de la sanción económica de la Unión Europea por el aval público a la Fundación, situación heredada de la gestión anterior, pero problema actual al fin y al cabo. Si Europa obliga a pagar ahora, el problema es de dimensiones considerables.

Meriton en general y sobre todo Layhoon y Peter Lim tienen después de dos años en Valencia un problema muy serio de credibilidad. Generalizar y resumir en pocas palabras siempre acarrea injusticias pero no hay mayor muestra de esta falta de confianza que la Junta General de Accionistas del pasado viernes. La portada de este periódico al día siguiente decía «Suspenso... y muy merecido», es en resumen la valoración qu hicieron la gran mayoría de los accionistas a la gestión de Meriton, que mostraron a la presidenta Layhoon su enfado y decepción por la gestión de la temporada pasada y por la manera en que ha empezado esta.

Y llega la bomba del estadio

Y todo ello aderezado con el anuncio por parte de Layhoon de que probablemente, ojo al «probablemente», Meriton no termine el estadio para el Centenario del club tal como se había comprometidoCentenario. Si la credibilidad de los gestores se ha ido perdiendo poco a poco a base de decisiones equivocadas, el anuncio de la presidenta la dejó por los suelos por más que en el turno de réplica trató de explicar que terminar el estadio sigue siendo una de las prioridades. Y de por medio un parón liguero, uno de esos en que el fútbol te quita la posibilidad de olvidarte del partido que perdiste ayer ganando el de mañana...