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García Pitarch y su equipo de trabajo han aprovechado estos días de partidos internacionales para ver fútbol y seguir analizando el mercado. Una de las prioridades es el gol y hasta el club están llegando todo tipo de ofrecimientos. Cada caso se estudia y después se trabaja, con su correspondiente viaje para seguir al delantero en directo si así corresponde. El Valencia tiene perfilada su agenda propia, pero el contexto obliga a buscar hasta debajo de las piedras. Hay un plan A, una lista de segundas opciones y hasta un camino alternativo. El margen económico también es otra de las variantes que se tiene en cuenta. La sanción de la Unión Europea marcará los márgenes de la posible inversión y por eso se contemplan todo tipo de posibilidades: fichaje en propiedad, cesión limpia, cesión con opción de compra.

Cesare Prandelli ya ha comunicado sus preferencias, con tres nombres bien señalados: Manolo Gabbiadini, Simone Zaza y Gianluca Lapadula. García Pitarch tiene presente la demanda del entrenador, pero también se está aplicando en su lista. Llegado el momento, el objetivo será dar con el punto de encuentro para todas las partes. La necesidad venía heredada de las dos últimas temporadas, pero se ha hecho más evidente todavía en los últimos meses. Rodrigo Moreno, Santi Mina y Munir necesitan ayuda. El Valencia no puede permitirse el lujo de fallar ocasiones que otros equipos no perdonan. Así se ha manifestado en Riazor y en Balaídos. Esa es la diferencia entre la zona media de la tabla y las posiciones que dan acceso a Europa, pero también marca la línea entre salvar la categoría y terminar en segunda división. Acertar en el mercado de invierno, sobre todo con el gol (más allá de que se estén buscando refuerzos para el centro del campo), no sólo puede producir un salto entre el éxito y el fracaso, también puede ser la forma de evitar un drama.

Evolución de mercado

García Pitarch es consciente de que no tiene tanto tiempo para acertar en la diana y ningún margen para fallar el tiro. El mercado se cierra el 31 de enero y la escena obliga a que el goleador esté en el equipo cuanto antes, listo para inscribir el mismo día en el que se abre la ventana, el 1 de enero. La temporada pasada, Denis Cheryshev y Guilherme Siqueira llegaron a última hora. Hace un año, García Pitarch desembarcó en Valencia con ningún margen -apenas un par de semanas- e incorporó a un Cheryshev que de no haberse lesionado hubiera propulsado un salto de calidad objetivo. Ahora dispone de base, trabajo, agenda y consejo. No hay excusa para ir tan al límite.

Las próximas semanas de fútbol pueden introducir cambios en el mercado. Zaza, por ejemplo, está a cinco partidos de ser comprado por el West Ham, que a los 14 encuentros jugados está obligado a ejercer la opción que firmó con la Juve por 20 millones. Gabbiadini quiere salir del Nápoles, pero depende de que otro punta llegue a San Paolo (una posibilidad es Zaza) y de que De Laurentiis ponga facilidades, porque el atacante tiene pretendientes. Por su parte, Lapadula espera convencer del todo a Montella y seguir en el Milan. Eso, tratando la situación de los tres puntas que forman parte de la lista de Prandelli, al que es importante responder. Todas esas opciones están vivas. Si bien, la lista está abierta y ya hay jugadores que tienen claro su destino. El mercado de invierno tiene sus oportunidades y sus limitaciones. No hay una vía única y el Valencia está trabajando, viajando y haciendo informes. El paso es la acción.