Más de medio centenar de aficionados recibieron al equipo en la ciudad deportiva con bengalas, después de la nueva derrota en Anoeta. A medida que el vehículo se acercaba a la barrera, como se aprecia en las imágenes, algunos de los ultras se acercaron y llegaron a golpear el autobús en el que viajaban los futbolistas y el cuerpo técnico.

Pasadas las once de la noche, más de una hora después, los jugadores abandonaban las instalaciones con protección policial y no hubo que lamentar más incidentes.