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La imagen de Gayà, desconsolado tras el pitido final, resumía en esencia lo que fue el partido del pasado sábado en el Sánchez Pizjuán. El Sevilla, en su versión más gris de la temporada, acabó ganando al Valencia pese a no tirar más que una vez a portería. El de Pedreguer pudo empatar en el último instante antes del pitido final pero Sergio Rico sacó una mano imposible para desviar el balón y evitar un gol que parecía cantado tras el disparo, a bocajarro. «Hemos tenido muy mala suerte, es una pena, la última ocasión... La he visto bien, la he enganchado bien y creía que iba dentro... Creo que estamos en una situación en la que no nos sale nada... He visto que me quedaba delante, era la última jugada, la he visto perfecta y le he pegado bien pero ha sacado una mano increíble. Quiero ver la repetición pero creía que iba dentro», lamentaba tras el encuentro.

Su primera reacción fue llorar. El lateral valencianista se retiraba entre lágrimas por pura impotencia. «El vestuario está jodido», indicaba el ´14´, «porque estamos en una situación muy mala, todo lo que nos decimos es para salir de esto y solo saldremos si estamos juntos, si lo damos todo en el campo. No nos merecemos estar donde estamos. Todos han visto un Valencia con actitud, que no ha merecido perder y es verdad que en otros partidos han faltado cosas pero en este ha habido una buena actitud... Habéis visto los goles, uno en propia, de mala suerte, y el otro un golazo. Tienen dos ocasiones y nos ganan el partido. Tenemos que seguir trabajando para que esto no vuelva a ocurrir».

Una derrota «inexplicable»

Otro de los protagonistas fue Siqueira, que reaparecía tras seis meses de problemas físicos. El brasileño considera injusta la derrota en la medida que el Valencia hizo «méritos para ganar, estamos en una racha negativa, si vemos los goles que encajamos nos falta una explicación, esa es la sensación que tenemos. Tenemos que sacar esto adelante, tener personalidad. Tenemos jugadores veteranos, con experiencia. Esta situación tiene que cambiar, por desgracia no entra el balón. Cuando la racha es negativa el balón de Gayà no entra, el balón de Parejo se le va un poco más y los goles son inexplicables, es así. Depende de nosotros, no bajaremos los brazos y seguiremos trabajando. El Valencia debe estar arriba peleando con los mejores, a nadie le hace gracia ver al equipo donde está», argumenta tras un tropiezo al que no encuentra explicación: «Es inexplicable, hemos hecho todo lo posible en el campo. Empatas tras un gol inexplicable, estás en el partido otra vez y de nuevo un gol inexplicable».