La falta de estructura, las lagunas técnicas y tácticas, los problemas en el centro del campo, el psicodráma de los últimos minutos, la plaga de lesiones... El sistema defensivo del Valencia no chirría por un único motivo. Después de la excentricidad de Ayestaran, Prandelli y Voro han intentado soldar las grietas sin éxito. El discurso de emergencia es coherente: armar el equipo de atrás hacia delante. La portería a cero es uno de los propósitos en cada partido, porque asegura sumar, como mínimo, el punto del empate. Restaurar y recuperar 'la barraca' es una solución anticrisis que simplifica carencias y vacíos. El Espanyol es el mejor ejemplo. Los esnobs hablan de un equipo que marca la diferencia desde la defensa, con acierto. Dentro de la complejidad del fútbol, el retrato se puede resumir en organización, sacrificio, presión inteligente, balón parado y ataque directo, lo más rápido posible. Pocas llegadas, mucho acierto. Así es como Quique Sánchez Flores, maestro barraquero valencianista, ha estabilizado al Espanyol hasta acomodarlo en la zona media.

Los pericos compiten con éxito, son difíciles de ganar y su mérito es indiscutible. Sólo han perdido cuatro partidos (Sevilla, Real Madrid, Celta y Barça), han cosechado ocho empates y no han encajado goles en siete jornadas; las mismas que Villarreal y Alavés. El registro únicamente lo mejora el Atlético, con nueve. Su forma hace presente muchos de los valores que se echan de menos en el Valencia.

La madurez del maestro

Quique ha dotado a su equipo de una personalidad clara, precisa y contudente. El Espanyol no juega para gustar, juega para ganar y lo hace bien. La contención siempre es una de las prioridades del míster, aunque sin renunciar a dar entrada en el mismo once a jugadores de ataque como Jurado, Leo Baptistao, Gerardo Moreno, Felipe Caicedo y Hernán Pérez. Todo sostenido por Javi Fuego (especialista) y el trabajo colectivo. La retaguardia -Víctor Sánchez, David López, Diego Reyes, Aarón Martín- tiene un perfil abierto, cuestión que insiste en la influencia de Quique y en la labor comunal.

El Espanyol marca el camino. En las primeras seis jornadas los pericos encajaron 14 goles. Muchos de los refuerzos llegaron en los últimos días, el equipo renovó su línea vertebral y Quique tuvo que ensamblar muchas piezas en competición. El equipo tocó fondo ante el Celta (jornada 6), pero empezó a rehacerse con dos empates a cero ante Villarreal y Las Palmas. Pinchó ante el Eibar (3-3) y consolidó el gran salto enlanzando cinco porterías a cero, con un saldo de tres victorias y dos empates.

Al otro lado se encuentra el Valencia

El único equipo de LaLiga que ha encajado goles en todos los partidos (dieciséis) del campeonato. Un caso único en las grandes ligas europeas (España, Inglaterra, Italia, Alemania y Francia). El Valencia ya enlaza 20 jornadas de liga; desde el 4-0 al Eibar en Mestalla, el 20 de abril. La media de goles encajados de dos por partido. Sumando la Copa, son 24 partidos seguidos sin portería a cero. Al otro está... la ´barraca´ del Espanyol.