El Valencia volvió a ver ante el Osasuna como un rival conseguía marcarle en los instantes finales de un partido por séptima vez en las 17 jornadas de la presente Liga, todo un indicativo de la falta de consistencia de un equipo que pretendía luchar por jugar la Liga de Campeones y que ahora esta abocado a evitar el descenso.

La endeblez defensiva del conjunto valenciano, que suma ya veinte partidos de Liga sin dejar su portería a cero, es ya de por sí una losa importante, a la que se añade la falta de carácter para amarrar resultados y que le ha costado seis puntos.

El partido de El Sadar fue un claro ejemplo de las carencias del Valencia en la presente campaña: Regalos en defensa, incapacidad para controlar un partido, ausencia de líderes en el campo y un nerviosismo manifiesto en sus jugadores que se hace aún más evidente en la recta final de los choques cuando debe defender un resultado.

Así, hasta en tres ocasiones fue capaz de empatarle el colista de la Liga al Valencia, que a cinco minutos del final y con 2-3 a su favor erró una pena máxima, lo que dio alas a un Osasuna que en el tiempo de prolongación empató el partido.

De los siete partidos en los que el Valencia recibió un gol en los últimos minutos, en cuatro de ellos supuso una pérdida de puntos. Además del partido del lunes, también sucedió ante el Betis y Barcelona, en ambos casó perdió por 2-3, y frente al Málaga (2-2), todos ellos en partidos jugados en Mestalla.

Además de estos cuatro encuentros, también vio perforada su portería en los minutos finales, aunque sin incidencia en la suerte final del partido, ante Las Palmas (2-4), Atlético de Madrid (0-2) y Real Sociedad (3-1), si bien en este último encuentro, Bakkali marcó posteriormente el 3-2.

Por contra, en la Liga el Valencia solo ha sido capaz de marcar en dos ocasiones en la recta final del partido. Además del estéril tanto en San Sebastián, Parejo marcó de penalti en el minuto 87 ante el Alavés, lo que dio el triunfo al Valencia en Mestalla por 2-1.