El valencianismo por fin tiene motivos de ilusión a los que aferrarse. El equipo da síntomas de recuperación bajo la dirección de Voro, las victorias ante el Espanyol y el Villarreal han reafirmado a la plantilla ante sí mismos y ante su afición, que aguarda al partido ante Las Palmas para confirmar si el Valencia, después de tanto tiempo, está de vuelta.

El sabor de la ilusión tiene un sentido colectivo pero dentro de la organización que ha implantado Voro en el equipo florecen varios nombres propios. Las caras que mejor representan el cambio probablemente son Carlos Soler y Santi Mina. Ambos le han colgado una sonrisa al valencianismo. Uno, por su irrupción y su impacto en el funcionamiento colectivo del equipo. Otro, porque se ha converitdo en la metáfora evidente de la transformación del equipo a nivel físico y mental. Es ejemplo de lucha y de fe.

Son los dos hombres de moda

Uno, de 20 años. El otro, de 21. El club ayer los eligió para representar a la entidad en la presentación de un patrocinador. No es casualidad. Tras mes y medio marginado por Prandelli, Mina está teniendo una contribución explosiva en cuanto a entrega y goles. El gallego es de los que nunca se rinde y contagia su mentalidad al equipo. «Parecía que la gente nos daba por muertos, que no éramos capaces de salir de esa situación tan negativa en la que estamos pero el equipo estaba concienciado de que tenemos que sumar de tres en tres porque estamos en una situación muy complicada. Con el compromiso de todos los jugadores, con la nueva incorporación de Voro, eso nos ha dado mucha vida. Este es el camino a seguir pero no podemos olvidarnos de que todavía estamos en una posición en la que el Valencia no puede estar y hay que seguir sumando de tres en tres», explica convencido.

El manual «básico» de Voro

Santi defiende que siempre hubo actitud y tensión competitiva por parte de los jugadores pese a que los resultados no llegaban. «Compromiso siempre hubo por parte de todos los jugadores aunque a veces se haya especulado, siempre estuvimos unidos sabiendo el escudo y la camiseta que defendíamos. Yo creo que a nadie le gusta perder pero el fútbol tiene estas cosas, los futbolistas somos los que jugamos, los que tenemos la culpa dentro del campo pero la llegada de Voro nos ha dado unas pautas, un camino, una línea a seguir muy básica, concisa. Lo estamos haciendo bien y eso se está notando dentro del campo». El técnico le ha cambiado la cara al equipo, de puertas hacia dentro y en el terreno de juego. Ese es un primer paso. La plantilla y el técnico son conscientes, sin embargo, de que no han logrado nada todavía. «Lo primero es escapar de esos puestos de descenso, no podemos olvidar que estamos en una zona peligrosa pero vamos partido a partido, hay que ir sumando de tres en tres, que eso nos hará ir subiendo en la clasificación. Tenemos que seguir compitiendo como estamos haciendo, concentrados, con confianza, y así subiremos», abunda Mina.

Ante todo, actitud

¿Cómo explica su situación con Prandelli? ¿Por qué no jugaba cuando este salió a pedir que los jugadores sudaran la camiseta y él acaba siempre acalambrado por sus esfuerzos? «En el fútbol hay veces que llega un entrenador que cuenta menos contigo pero yo siempre he dicho que soy una persona luchadora», dice, y remata, «mis padres y mis amigos me han inculcado que hasta el último partido de Liga todo puede cambiar, cada entrenamiento, cada minuto, supone una oportunidad. Aunque me salgan peor o mejor las cosas demuestro actitud».