Carlos Soler comenzó a dar patadas al balón en la tierra del campo de Bonrepòs i Mirambell. En plena Horta Nord. Solo tenía cinco años. La familia Soler, afincada en la ciudad, llegó hasta allí de la mano de un viejo amigo del padre en los Salesianos. José Luis Rodríguez. ´Rodri´ para todos. Suya fue la propuesta de hacer de la escuela de fútbol de Bonrepòs un filial de Salesianos para dar salida a los niños del colegio. SUPER se citó ayer con él en el mismo escenario en el que Carlos decidió un día ser futbolista. Quince años después sigue aquella tierra allí. Es el único campo de la comarca, junto al de Vinalesa, que todavía no es de césped artificial. El destino ha querido que la explosión de Carlos coincida con el inicio de las obra del campo. A principios de mayo la tierra que vio nacer a Carlos pasará a la historia, pero su recuerdo continuará presente. Siempre estará en el corazón del pueblo.

El primero que se apuntó a la escuela de fútbol de Bonrepòs fue Álex, el hermano mayor de los Soler. Era el verano de 2003. Empezó en el juvenil con ocho años y jugó hasta el Juvenil. A Carlos le gustaba ir a verle desde la valla. Los padres de Carles, Toño y Merche, trabajaban. Así que muchos fines de semana era su abuelo, el señor Rafael Barragán, el que los llevaba en coche. Era en los descansos de Álex cuando Carlos y su abuelo se apoderaban de una de las porterías. "En los descanso Carlitos peloteaban en la portería... ponía al abuelo de portero. Era muy introvertido, pero al balón le pegaba de escándalo a balón parado. ¡Y el balón no era como los de ahora! Pesaba más. Le metía el pie abajo y lo levantaba con una potencia que me sorprendía a mí y a todos los padres. ´¡Mira el nano ese cómo le pega!´, decían".

Lor orígenes de Carlos Soler en Bonrepós 2

Lor orígenes de Carlos Soler en Bonrepós 2

Llamó tanto la atención que ´Rodri´ lo quiso en el Querubín. El problema es que Carlos no quería. Su felicidad era jugar con el ´iaio´ Rafael. No había forma. "Tuvo que ser su abuelo el que le convenciera con una ´Game boy´. ¡Te la compro si te apuntas!", recuerda ´Rodri´.

Finalmente Carlos dijo que sí. Era diciembre de 2003. Mientras el Valencia empezaba a ganar e Doblete, un chico de cinco años llamado Carlos Soler decidía que quería ser futbolistaCarlos Soler decidía que quería ser futbolista. El Querubín pronto se le quedó pequeño. "Contra niños de cinco años como él destacaba mucho, él mismo se daba cuenta que no podía pasar la pelota y acababa las jugadas. La cogía y se metía hasta dentro. Ese mismo año decidimos que tenía que jugar con los Benjamines. Llamé al padre y le dije que lo vamos a poner con niños dos años mayores que él. El padre me dijo que no pasaba nada... Había días que hasta jugaba con los dos equipos si no coincidía el horario".

Fue en esa categoría cuando jugó su primer partido contra el Valencia. Si el Bonrepòs quería ganar debía jugar Carlos. Era el delantero estrella. No defraudó. Se lució ante el Benjamín C del Valencia de otro jovencísimo Fernando Cano. Aquel partido aún se recuerda en Bonrepòs. "El Valencia venía líder, no había perdido ningún partido, pero el Bonrepòs le ganó. Quedamos 3-1 y Carlos metió los tres. Fue su primer paso para ser jugador del Valencia. "Ese día el Valencia me preguntó qué edad tenía y cuando les dije que cinco no se lo creían, alucinaron. Desde aquel día lo dimos por fichado, recordaba Rodri.

Lor orígenesde Carlos Soler en Bonrepós

Lor orígenesde Carlos Soler en Bonrepós

Soler nunca olvidará su paso por Bonrepòs. Ni sus heridas por la tierra. Ni los bocatas de tortilla de patata y longanizas que le obligaba a comprar a su abuelo. "¡Eran más grandes que él!", exclama Rodri. Lo curioso es que el Bonrepòs nunca cobrará los derechos de formación de aquella temporada 2003/04 porque Carlos nunca tuvo ficha federativa con el Benjamín. Jugaba de forma ilegal. ¡Lo subían a jugar contra niños dos años y medio mayores que él y los equipos no tenían derecho moral a protestar! "En Querubín jugaba con ficha de fútbol social porque no se contempla a nivel federativo. Lo que pasa es que en benjamines sí la necesitaba y jugaba sin ella. No era legal. El Valencia lo sabía pero como era pequeño nadie ponía problemas. Infringíamos el reglamento pero era para poner a un niño dos años más pequeño. El Valencia no reclamó". Su respuesta fue aplaudirlo y ficharlo. La era Soler en el Valencia había comenzado.