Trujillo Suárez no vio el penalti más claro del mundo. El árbitro se tragó este pasado sábado en el Benito Villamarín una acción clamorosa. "Hasta los jugadores del Betis nos reconocían después del partido que había sido penalti", relataba en privado un futbolista del Valencia ayer a SUPER. Y es que la mano de Pezzella no admite ninguna interpretación posible. El futbolista verdiblanco desvió el disparo de Martín Montoya con el antebrazo y a continuación como respuesta, puramente instintiva, escondió el brazo, algo que lo delata. Pezzella sabía que era penalti. Lo sabían todos. "El árbitro no nos decía nada, no quería hablar, solo decía que no era", explica otro. La jugada era claramente merecedora de castigo.

En el día después de lo sucedido en Sevilla la plantilla todavía no daba crédito a la jugada. Jugadores y técnicos tratan de dejar atrás la polémica -ayer el equipo se centró exclusivamente en lo que sucede entre los límites visibles del terreno de juego y no en la actuación arbitral- y centrarse en seguir mejorando la línea competitiva pero la acción no hace más que alimentar la sensación de que esta temporada los árbitros están castigando en exceso al Valencia en las decisiones importantes.

Por eso, y para demostrar que algo se mueve en el Valencia para combatir la pérdida del respeto por el club que se está llevando a cabo por parte las instituciones que gobiernan el fútbol, en las últimas horas se ha tomado la decisión de que la presidenta Layhoon Chan, aprovechando que hoy se celebra la junta directiva de la Real Federación Española de Fútbol en Madrid, traslade el desacuerdo por el trato arbitral que está recibiendo el equipo esta temporadadesacuerdo, especialmente desde un tiempo a esta parte con la primera amarilla rigurosa a Munir en Las Palmas, el penalti y la expulsión a Carlos Soler en un intercambio de manotazos del que EscalanteCarlos Soler, del Eibar, salió indemne, y con lo sucedido ante el Betis.

El objetivo de Layhoon Chan, que figura como vocal de la misma, es charlar hoy lunes con Ángel María Villar, presidente de la RFEF, o incluso hacerlo con Victoriano Sánchez Arminio, presidente del Comité Técnico de Árbitros y mostrarle su indignación. La protesta, por lo tanto, se hará de forma privada, formal y educada, después de la improvisada comparecencia de Juan Cruz Sol en el Benito Villamarín, una puesta en escena bastante tibia con un discurso que, en lugar de tratarse de una protesta, enérgica, para poner firmes a los árbitros, roza lo políticamente correcto. En este sentido, tal y como reflejan los datos de la encuesta -todavía vigente en la edición digital de SUPER-, un elevado porcentaje de los valencianistas considera que la respuesta que ha tenido el club ante esta situación no ha estado a la altura de lo sucedido.

Los más castigados

El Valencia es el equipo al que más penaltis le pitan -ocho en lo que va de Liga, uno cada dos partidos y medio-, es el tercer equipo con más amarillas -tres por partido, un total de 62- y expulsiones, con cuatro. Por otro lado, en el Villamarín, por segunda jornada consecutiva, el Valencia sufrió la peor cara del arbitraje con dos árbitros que han ascendido este año a la élite. El Valencia supone la primera mancha en el currículum para dos debutantes en la categoría como Munuera Montero -el que expulsó a Soler, señaló el penalti y dejó que Escalante se fuera de rositas ante el Eibar- y Trujillo Suárez. El penalti que no vio este último es tan evidente que está a la altura del que no vio otro árbitro en el partido de la Europa League de 2010 ante el Atlético de Madrid, cuando Zigic sufrió un agarrón de Domínguez, que estiró hasta romperle la camiseta.