Santi Mina ya conoce el alcance exacto de su lesión. El futbolista del Valencia fue sometido a las pruebas médicas ayer por la mañana en una clínica de confianza del club y presenta un esguince de grado 1-2 en el ligamento lateral interno de la rodilla izquierda. El periodo estimado de baja, según anunció el club a través de sus conductos oficiales, irá de tres a cuatro semanas, por lo que si el futbolista se recuperase en estos plazos seguramente se perería los próximos cinco partidos y estaría en el dique seco hasta el partido ante el Sporting de GijónSporting de Gijón, que se jugará el 11 de marzo. Por la cabeza de Mina, sin embargo, no pasa estar un mes parado. El futbolista, que ayer mantuvo una reunión con los servicios médicos en el interior de las instalaciones para trazar las líneas de su puesta a punto, va a apretar al máximo en su recuperación con el objetivo de ayudar al equipo lo antes posible. La idea es rebajar el tiempo de recuperación a las tres semanas para así poder estar sobre el césped en el partido contra el Atlético de Madrid en el Vicente Calderón del próximo 5 de marzo.

En torno a las 10:30 de la mañana regresaba el lunes el atacante gallego a las instalaciones de Paterna después de recibir el diagnóstico. Lo hacía cojeando ostensiblemente y con cara de pocos amigos. Sigue dolorido a pesar de que han transcurrido 72 horas del momento en el que se vio obligado a retirarse del terreno de juego contra el Betis en el Benito Villamarín. El ‘22’ fue a presionar sobre el balón, entonces en las botas de un futbolista verdiblanco, y en la caída se le quedó clavada la rodilla en el césped. La acción fue muy fea. Hizo que todos se temieran lo peor. Afortunadamente su musculatura aguantó la rodilla y evitó un mal mayor. Santi sabía que podía haber sufrido una lesión grave pero realmente se dio cuenta de lo que podría haber sucedido cuando su madre, Rita, escandalizada, le envió las imágenes de la jugada por WhatsApp. La escena era terrible.

En un primer momento, sobre el terreno de juego, el valencianista pensó que se trataba de una lesión muscular. El aductor le pegó un petardazo, pero poco después el dolor se le bajó a la rodilla. Creía que podía continuar y lo intentó pero sería imposible... Mina volvió al partido, tocó el balón a la banda y se echó al suelo retorciéndose entre muecas de dolor. Rompió a llorar. Ahora le toca concentrar sus esfuerzos y su capacidad de sacrificio en hacer una buena recuperación para recobrar el alto nivel al que había carburado en las últimas semanas, convirtiéndose en la metáfora de la transformación del Valencia CF de Voro gracias a sus goles y a sus derroches físicos. "En unas semanas volveré con más fuerza", decía ayer el ‘22’ en un mensaje para sus seguidores en las redes sociales.

Compresión en frío y camilla

Nada más someterse a las pruebas regresó a Paterna y empezó la puesta a punto. No hay tiempo que perder. En su primera sesión de recuperación los fisios le aplicaron una terapia de compresión en frío con la rodillera Game Ready y masajes en la camilla, todavía con mucho cuidado por el dolor que padece. A casa, para seguir con la recuperación a todas horas, se lleva otra rodillera de compresión y hoy comienza el régimen de dobles sesiones en Paterna. Trabajará mañana y tarde, mañana y tarde, mañana y tarde. Primero se tratará en sesiones de camilla, después en el gimnasio y en la medida que vaya progresando saldrá al césped para entrenar en solitario. No quiere estar un mes parado. El gallego apretará al máximo en su recuperación para jugar contra el Atlético de Madrid.