La irrupción de Carlos Soler, dos fichajes y tres salidas, una de ellas irrelevante como es la de Vinícius Araujo, que hizo escala durante unos días en Paterna antes de enlazar con Huesca. La llegada de Simone Zaza, un cambio de cromos entre Orellana y Fede Cartabia y la cesión de Ryan al Genk -donde el australiano, taponado en por Alves y Jaume, podrá desarrollar su potencial- son todos los movimientos de mercado que se han llevado a cabo en las oficinas del club en medio de una de las mayores crisis de la historia de la entidad.

A mediados de diciembre, en su comparecencia de prensa a la vuelta de reunirse con Peter Lim en Singapur, la presidenta Layhoon Chan anunció que se avecinaban cambios y que pese a que no especificó cuántos ni qué jugadores se iban a incorporar, prometió "fichajes", en plural, dejando entrever una pequeña revolución en un momento -previo a la salida de Prandeli y de García Pitarch- en el que era clave reforzar la apuesta para impulsar al equipo hacia una nueva realidad. Un mes después, el Valencia es decimosexto en la tabla, a seis puntos de las posiciones del descenso, y da carpetazo al mercado invernal tras apenas unos retoques en la confección de plantilla. Una de las grandes carencias detectadas, la de fichar un mediocentro defensivo, sigue pendiente todavía y Maksimovic, que por 400.000 euros añadiría profundidad a la medularMaksimovic, seguirá jugando en Kazajistán hasta el verano.

Salta a la vista que al equipo, más allá de los huecos que está rellenando Voro con su contribución en el día a día, le faltaban efectivos de nivel. En este sentido, la llegada de Zaza y de Orellana elevan claramente el listón competitivo. El Valencia se ha sacado de encima a Fede, un futbolista problemático en la medida en la que se negó a jugar en la ida de la eliminatoria de Copa contra el Celta y que no quería renovar, y lo reemplaza el chileno, una oportunidad de mercado, que en Vigo vivía una situación irreconducible pero que, a sus 31 años y tras una década en la España es una apuesta que mezcla el carácter el rendimiento inmediato que se precisa. Su oscura personalidad debe quedar al margen, desintoxicarse de la realidad que vivía en Galicia y enchufarse para sumar desde ya. Puede oficiar como mediapunta o en cualquier banda. Un futbolista escurridizo, que arma lío con la pelota y que tiene facilidad para agitar el panorama actuando entre líneas.

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Así queda la plantilla del Valencia 16/17

Una plantilla más amplia

Al respecto de Zaza puede decirse que el Valencia, en este caso Alexanko, tras retomar las negociaciones anteriormente dirigidas por Prandelli y por García Pitarch, lo ficha porque ve en él a un futbolista capaz de transformar las ocasiones en puntos. Un goleador que pese a que no ha cuajado en Inglaterra y a que no está en un buen momento físico, por sus condiciones, de sobra contrastadas, y sus ganas de reivindicarse, se le adivina un impacto que debe ser crucial para recalibrar las expectativas de un equipo que solo piensa en alejarse del descenso. Su fichaje coincidió el mismo día con la lesión de Rodrigo, que estará alrededor de tres meses de baja. Con una sola competición, representa un contratiempo pero nada más.

La defensa no se ha tocado ni tampoco el centro del campo. Parejo y Enzo Pérez continúan. Para el de Coslada el panorama cambia con Voro. El técnico quiere que sea importante y también que lo sea el argentino, que ha tenido alrededor de diez ofertas, pero a principios de diciembre expresó que quería quedarse. Siqueira y Bakkali también siguen. El primero, mermado físicamente, tendrá un rol testimonial -Lato viene fuerte- y el belga seguirá creciendo aquí. Con la salida de Ryan se soluciona el atasco en la portería y Sivera será tercer portero. El Valencia, que comenzó el curso con 21 jugadores de la primera plantilla y tres canteranos, incorpora a Soler y queda con 22 jugadores más cinco.

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