Los seis meses de Ernesto Valverde en el banquillo del Valencia en la temporada 2012/13 dejaron huella. El Txingurri no solo se ganó el respeto de muchos profesionales del club. También la amistad de algunos de ellos. Como la de Salvador González 'Voro'. El de l´Alcúdia fue algo más que el técnico interino a quien el club encargó la transición del destituido Mauricio Pellegrino con el vasco. Las horas y horas de trabajo juntos en la ciudad deportiva de Paterna traspasó lo deportivo. Voro fue su delegado durante 31 jornadas, pero ante todo fue su confidente. Allí nació una relación de amistad que hoy, cuatro años después, todavía perdura. No han perdido el contacto desde entonces. El próximo domingo volverán a sentarse en los banquillos de Mestalla. Esta vez por separado. Uno en el local del Valencia. El otro, al mando del Atlethic de Bilbao en el visitante. Aunque sea por noventa minutos dejarán de ser amigos.

Voro y Valverde no se conocieron personalmente hasta que el Txingurri aterrizó en el Valencia en diciembre de 2012. Hasta entonces solo se conocían de verse las caras en los campos de España. Tuvieron sus más y sus menos a finales de los ochenta y principios de los noventa. No podía ser de otra manera. El de l´Alcúdia era un central duro y Valverde un escurridizo delantero de movilidad difícil de defender. Voro recuerda la velocidad endiablada que tenía. También su calidad y, sobre todo, su inteligencia táctica. Sabía moverse como pocos. Voro lo sufrió como jugador del Athletic -1990/96-, pero su peor recuerdo se produjo en las filas del Barcelona -1988/90-. Todavía no se le ha olvidado. Valverde ganó el partido él solito con dos goles. Precisamente con José Manuel Otxotorena de portero. Aquel partido sigue jugándose en el recuerdo de los tres.

Valverde se retiró en 1997 en las filas del Mallorca. Un año después, en 1998, hacía lo mismo Voro en el Logroñés. Las vidas de uno y otro se volvieron a cruzar quince años después. El 1 de diciembre de 2012 Pellegrino era destituido como entrenador del Valencia Pellegrino tras la humillante derrota (2-5) contra la Real Sociedad. Mestalla pidió la cabeza de Manuel Llorente y el entonces presidente cortó la del argentino. Normal que se arrepintiera pocas horas después como así se lo reconoció en persona. Voro asumía el banquillo de forma interina por segunda vez en su carrera. Como hizo en 2008 tras el cese de Koeman. Mientras tanto, el Director Deportivo Braulio Vázquez tenía la misión de buscar entrenador y el elegido fue un Txingurri que había salido por la puerta grande de Olympiakos con un doblete de Liga y Copa griega. Tan solo dos días después, el 3 de diciembre, el Valencia llegaba a un acuerdo con el vasco para que se hiciera cargo del equipo hasta final de la temporada.

"Está al corriente de todo"

Fue esa noche cuando Voro y Valverde se conocieron en persona. Cenaron juntos para intercambiar información y, sobre todo, acordar la alineación y hasta los cambios del inmediato partido de Champions League contra el LilleChampions League del 5 de diciembre en el que Valverde todavía no iba a estar presente. Fue el pacto de Lille. La primera vez que Voro no hacía una alineación propia. El propio entrenador lo reconoció un día en una rueda de prensa oficial. "He hablado con Ernesto y el partido es importante pero el fin de semana -visitaban Pamplona- también hay otro muy importante, por lo tanto tenemos que tomar las decisiones, en el desgaste de futbolistas, que sean lo mejor para afrontar los dos partidos con las máximas garantías, pero por supuesto que Ernesto está al corriente de todo", reconocía en público. Aquel partido de Liga de Campeones se ganó 0-1 con gol de penalti de Jonas. Era el principio de la amistad entre Voro y Valverde. El flechazo fue tal que el entonces delegado fue de los que más fuerza hizo para que el Txingurri renovara. Aquel partido no lo ganó. Pero esa es otra historia.