Si no fuera porque sumar tres puntos a estas alturas es oro para el Valencia CF y la victoria es importantísima, esto no dejaría de ser un partido decepcionante entre dos equipos que están donde están por méritos propios, unos con más motivos que otros. El resumen sería una victoria mínima de los de Voro frente a un equipo que reservó jugadores para su duelo del próximo sábado ante el Granada, donde se juega su piel de primera, y que se fue de Mestalla con el dudoso honor de ser el único rival que no disparó a portería, aunque en eso también tuvo que ver el hecho de que el conjunto de Voro haya entendido que el primer paso es siempre no recibir goles.

El Valencia aprovechó sus mejores minutos para hacer el gol del triunfo y poco más. Lo hizo tras un doble remate de Mangala y, como el día del Alavés, después de que el balón golpeara en el palo despejado por el portero. Hasta ese momento, la fluidez en la medular que otras veces había dado el trío formado por Enzo, Parejo y Carlos Soler había brillado por ausencia, volvían las dificultades para salir con el balón desde atrás y mucho más para llegar con claridad al área contraria. No por falta de interés sino porque el equipo que tenía enfrente, con titulares o cuplentes, había venido a morder y no conceder un solo metro para la inspiración.

Con todo, y a pesar de las escasez de efectivos en ataque por las bajas, todas las ocasiones fueron del Valencia, que convirtió al meta Herrerín en el mejor del partido. Avisó primero Zaza con un remate de cabeza demasiado alto y sobre todo Bakkali, que en el minuto 19 pudo abrir el marcador al quedarse solo ante el meta, algo escorado a la izquierda, pero su remate se marchó fuera por poco.

El gol que dio el triunfo al Valencia empezó a cocerse con un buen lanzamiento de falta, cómo no, de Parejo. Lo hizo con más potencia que colocación, pero la pelota, que parecía ganar excesiva altura, volvió a caer obligando al meta a sacar la mano para desviar a córner. Y de ahí, la jugada que acabó culminando Mangala en el 28. Carlos Soler, tras un servicio de Cancelo, todavía pudo hacer el segundo antes del descanso.

El equipo buscó el segundo, aunque sin volverse locos, asegurando siempre efectivos para un buen repliegue que permitió mantener una vez más la portería a cero. En los primeros 45 Vicandi Garrido había perdonado la segunda amarilla en una dura entrada sobre Bakkali cometida por Adrián Marín, sustituido en el descanso por Garitano. Voro la había buscado cambiando de banda a Munir y el propio Bakkali, que se ganó al menos otra oportunidad. Aunque el Leganés no lograría acabar con once porque su capitán, Alberto Martín, sí vería dos amarillas y dejaría a su equipo en inferioridad en la recta final del choque.

La victoria, aunque con este Valencia nunca se puede asegurar nada, parecía en la mano a falta de redondear la noche con algún gol más, que merecieron. Por encima de todos Carlos Soler, que volvió a tener presencia a lo largo de los noventa minutos y a poner a prueba al meta con un fuerte disparo raso desde la frontal. Los minutos finales sirvieron para comprobar que Zaza, pese a no marcar, físicamente va a más. Para ver en el campo una banda izquierda formada por Lato y Gayà y algunos minutos de Nacho Gil, canterano que había debutado en Vitoria. Con menos de 27.000 aficionados en las gradas, marcharse con 29 puntos y 12 sobre el descenso fue la mejor noticia.