No siempre los pequeños tienen que aprender de los mayores. En el caso del Valencia es al revés. El segundo equipo se ha convertido en un espejo para el primero. Porque uno tiene todo lo que le falta al otro. Exigencia, ambición y, sobre todo, un proyecto potente detrás. El Mestalla es ahora mismo el orgullo de un club a la deriva y una afición desencantada por el proyecto de Peter Lim. La explosión del filial en el grupo III de Segunda B es el fruto del trabajo bien hecho. Al César lo que es del César. El entonces Director de la Academia José Ramón Alexanko, el entrenador Curro Torres y el Jefe de Captación José Giménez se sentaron en verano para planificar de forma consensuada un proyecto de Mestalla que ha funcionado. Continuidad en el banquillo en el tercer año de Curro al frente del equipo, plantilla equilibrada con la mezcla de futbolistas ´veteranos´ y jóvenes canteranos de proyección y un estilo de juego definido -con intensidad y protagonismo del balón- fueron los tres cimientos sobre los que se construyó un equipo que no ha parado de crecer en toda la temporada. El resultado es un Mestalla fiable, ultracompetitivo y ganador que tiene alma y está a solo nueve partidos de clasificarse para la promoción de ascenso a Segunda División quince años después.

El equipo, pase lo que pase hasta final de temporada, ya ha hecho historia. Hay que remontarse a la temporada 2001/02, la del último play-off de ascenso, para encontrar un Mestalla igual. En aquella temporada, el filial de César Ferrando llegó a la jornada 29 con 52 puntos. Solo uno más de los que ahora tiene el equipo. Entonces el Mestalla era segundo por detrás del Real Madrid C y, curiosamente, solo dos puntos por delante del quinto clasificado, el Toledo. Ahora son siete los puntos que separan a los de Curro con el quinto clasificado, el Hércules. Una ventaja que en realidad es de ocho puntos porque los valencianistas ganan el gol-average particular a los alicantinos. El discurso público de Curro pasa por mejorar el octavo puesto de la temporada pasada, pero de puertas para dentro se habla de la promoción como objetivo real. De hecho, se paralizó la salida de jugadores importantes en el mercado de invierno para no debilitar al equipo. La victoria del sábado contra el Cornellà con gol de Nacho Gil en el minuto 90Nacho Gil es la confirmación del hambre, el compromiso y espíritu de este equipo. El escenario no puede ser más ilusionante. Quedan nueve jornadas para que finalice el campeonato y cinco de ellas se jugarán en el Antonio Puchades contra el Barcelona B, Llagostera, Atlético Levante, Badalona y l´Hospitalet. Los últimos cuatro desplazamientos de la liga son frente al Gavà, Sabadell, Eldense y Lleida.

El gran valor del equipo, no obstante, no es el calendario. El Mestalla cree en su entrenador y sabe a lo que juega desde el órden, la solidaridad entre compañeros y el fútbol ofensivo con salida de balón limpia. El bloque es muy fuerte. Empezando por el portero internacional Sivera. El de Xàbia también gana partidos bajo palos. Javi Jiménez e Ivan Zotko se han consolidado en el centro de la defensa. El lateral derecho Nacho Vidal lo ha jugado todo y es uno de los hombres fuertes del filial. La izquierda es para una de las grandes promesas Toni Lato. El trivote -que ha sobrevivido al ascenso de Carlo Soler al primer equipoCarlo Soler - es innegociable con Grego, el capitán Quim Araujo y Eugeni. Arriba hay mucha pegada con Nacho Gil, Araida, Rafa Mir, Sito y Jordi Sánchez. Lo bueno del equipo es que jugadores con menos protagonismo, como Marc Ferris, Fran Villalba, Cifu o Alberto Gil, siempre que han entrado suman. Eso unido al buen ambiente que se respira en el vestuario hacen del filial un equipo casi imposible de batir. Lleva solo seis derrotas. Por catorce victorias. Y no serán las únicas. Ellos sí representan al Valencia.