Catorce partidos de LaLiga y tres de Copa del Rey han sido suficientes para confirmar que Carlos Soler domina los cuatro pilares del rendimiento: técnica, táctica, preparación física y mentalidad. Será futbolista de primera división por muchas temporadas, salvo desvanecimiento competitivo -cuestión que ahora mismo no se divisa- o imprevisto. Soler es un chico equilibrado, entiende el juego y también le interesa, dos valores que son un plus total. Piensa rápido y es capaz de ejecutar lo que piensa con precisión. Además, fortifica su catálogo de juego con una estructura atlética de primer orden. Las estadísticas son la mejor prueba.

Carlos tiene fútbol y recorrido. Trabaja, conduce, desborda y llega. Entre sus atributos manifiestos faltaba por añadir el don de la omnipresencia. Hay partidos en los que aparece por todas partes. Abarca campo y lo hace con sentido. Los datos de LaLiga Stats son contundentes: Soler tiene el monopolio del parámetro ´distancia recorrida´ en el Valencia. En lo seis últimos partidos ha sido el número uno en este apartado. Desde su debut liguero ante la Real Sociedad y siempre que ha completado más de 80 minutos, sólo ha dejado de imponer su dominio ante la Unión Deportiva Las Palmas. Ante el Eibar fue expulsado justo antes del descanso. Frente al Betis estaba suspendido y sólo jugó la última media hora ante el Real Madrid. En el Estadio de la Cerámica fue sustituido tras ofrecer una exhibición.

En la plantilla, sólo Parejo mejora su media de kilómetros por partido: 11,06 del cosladeño por 9,96 del valenciano. La universalidad de Soler no es un imprevisto, forma parte de un proceso de adaptación que le ha permitido suavizar el salto de Segunda B a LaLiga. El centrocampista hizo la pretemporada con el Valencia y está instalado en la dinámica del primer equipo desde la última semana de la temporada 2015/16, con Pako Ayestaran. Con 20 años y en sus primeros meses de competición, Soler está impresionando. Todavía tiene cosas por pulir: el juego aéreo, su dimensión defensiva, el gobierno de toda esa energía... No es un jugador perfecto, pero tiene para margen para progresar y quemar estaciones adecuadamente.

Siempre hacia adelante

Voro le utiliza casi siempre como centrocampista de ataque, pero deja sentir su influencia en fase de construcción y también de remate, como demuestran sus dos goles en liga y su buena media de disparos. Soler nació delantero, después pasó a la mediapunta, luego al ocho y Baraja le lanzó como seis en juveniles. Curro Torres ha jugador casi siempre como interior, en un rol similar al que desempeña ahora. Ante el Depor se le pudo ver liderando la presión y también ayudando a Parejo y Enzo en fase de salida. Siempre con una constante: pase corto, pocos errores y verticalidad. Nueve de sus 34 pases fueron en el último tercio, 20 de los 34, hacia adelante.

Soler volvió a ser el jugador con más distancia recorrida en la última jornada. También fue el más rápido. Carlos superó los 34 km/h para convertirse en el cuarto futbolista más rápido de la plantilla -tras Mangala, Cancelo y Rodrigo- y ocupar el tercer escalón del podio entre los centrocampistas de su condición. Entre los mediapuntas, interiores, mediocentros o pivotes de LaLiga, sólo hay dos futbolistas que hayan marcado una punta de velocidad más alta en competición; según el rádar de LaLiga Stats, el madridista Mateo Kovacic es el número uno (34,59 km/h), seguido por Saúl Ñíguez (34,45 km/h), todoterreno del Atlético. Después van Jurado, Camacho o Camarasa. Soler ya corre con auténticos bólidos.