La psicología moderna considera, ya sin reservas, un sentimiento comúnmente humano ese regodeo que a uno invade con la desgracia del rival. Incluso, cuando ni siquiera se está metido en la batalla. Los expertos lo llaman los "mecanismos inconscientes de la proyección", que sirven para compartir con otro la pelota del miedo al fracaso. Quizá, con un ejemplo práctico sea más sencillo: Esta tarde el aficionado del Valencia espera la victoria sobre el Sevilla con especial ahínco el aficionado del Valencia espera la victoria sobre el Sevilla con especial ahínco. Los dolores serían un poquito menos intensos si un adversario con el que aún hay cuentas pendientes acaba dándose un batacazo de campeonato y se queda también sin el premio Champions.

Los pupilos de Voro González tratarán de asentar todas las mejoras del mes de abril con un nuevo triunfo y, de paso, dar una alegría en casa a una afición que le tiene ganas al Sevilla. Ese equipo que en mayo de 2014 arrancó de cuajo en Mestalla, en el último segundo, los sueños de jugar la final de la Liga Europa tras un polémico arbitraje en la ida de la semifinal en el Sánchez Pizjuán. Esta campaña el conjunto de Jorge Sampaoli cayó con estrépito a manos del Leicester en los octavos de Champions y desde que el argentino se atrevió a hablar de "pelear la Liga" el derrumbe se ha traducido en la peor racha sevillista del curso. En siete duelos, tres derrotas, tres empates y una victoria, la del sábado al Depor (4-2).

El Atlético ha adelantado al Sevilla en la tercera plaza mientras Villarreal y Athletic se le han acercado esperanzados a la caza de la cuarta. Los valencianistas tienen la ocasión de reabrir la herida sevillista. Ahora la ventaja de los de Nervión es de ocho puntos sobre los leones y siete sobre los amarillos, que podría quedarse en cuatro si los de Escribá no fallan en Vitoria y los blanquinegros alargan su serie de victorias consecutivas hasta cuatro. Una pequeña vendetta -eso de extender los miedos del Sevilla- que debe servir como estímulo a un Valencia que, como dice Voro, no tiene objetivo "con nombre y apellidos". "A veces, eso te lleva a que las ideas te confundan, pero lo tenemos claro porque venimos de una situación difícil. Tenemos un escenario para disfrutar compitiendo y quedar lo más arriba posible", asegura el técnico.

Hoy los blanquinegros obtendrán la salvación matemática con los tres puntos, sin importar lo que haga el Granada. Si los granadinos no ganan al Celta bastará el empate y dejar al Sporting a 18 puntos. Sin embargo, la permanencia deja un sabor insulso en la comparativa con el regusto de ganar a un rival como el Sevilla, sobre todo, en una afición acostumbrada a cotas mucho mayores que andar por la zona medio-baja de la clasificación. Mestalla, que recibirá a Layhoon por primera vez desde el anuncio de la presidenta de que dejará de serlo en julio, merece darse una alegría con uno de los últimos pesos pesados que pasarán por la Avenida de Suècia. Merece otra vez la versión de los partidos contra Depor, Celta y Granada y, sobre todo, merece seguir ilusionándose con el futuro en las acciones de Carlos Soler y Lato. Y en ese coraje sin condición de ZazaZaza.

Suárez y Bakkali, descartados

En casa al Valencia se le da bien un Sevilla que lleva tres salidas consecutivas sin ganar. En la convocatoria Voro confirmó los regresos de Enzo Pérez, Garay y, especialmente, de Nani tras casi dos meses fuera. Sin embargo, Abdennour es baja por una lesión muscular. Orellana ha entrado al superar sus molestias, pero Mario Suárez y Bakkali se han caído de la lista por decisión técnica en un momento en el que la enfermería se ha vaciado. Gayà y Rodrigo, pese a tener el alta médica, deben esperar para no correr riesgos. Una de las amenazas serán los seis apercibidos de sanción: Mangala, Parejo, Orellana, Cancelo, Zaza y Alves.