Voro González ha hecho posible que este Valencia CF sea un equipo competitivo, algo que no lograron sus dos antecesores en el banquillo. De hecho, si el equipo está ahora fuera de todo peligro a falta de seis jornadas para que acabe la Liga es gracias a los 34 puntos que ha sumado en sus 20 partidos en el banquillo, 34 de los 40 que tiene en la clasificación. El rendimiento teniendo en cuenta todas las dificultades heredadas y la difícil situación en que tomó el mando es su principal aval de cara a una hipotética renovación, sobre todo porque, más allá de su irrupción como apagafuegos, esta vez ha demostrado capacidad para hacer competir al equipo de forma sostenida durante varios meses, logrando unos registros que situarían al Valencia en puestos europeos.

Delegado del primer equipo del Valencia CF desde el año 2005, esta es la quinta vez que se enfunda el chándal para dirigir desde el banquillo y siempre con resultados óptimos. Lo hizo por primer vez en la temporada 2007/08 tras la destitución de Koeman y con el equipo en riesgo de descenso después de haberse proclamado campeón de la Copa. Salió del paso cuatro victorias en los últimos cinco partidos antes de volver a sus labores de delegado.

Su segunda aparición fue en plena temporada 2012/13, cuando hizo de puente entre Pellegrino y Valverde no sin sumar a su trayectoria una victoria en la Liga de Campeones frente al Lille por 0-1. No volvería a ser requerido hasta que la pasada temporada 2015/16 dirigió dos partidos tras el cese de Nuno Espirito Santo, una victoria en la Copa ante el Barakaldo por 1-3 y un empate a uno en Mestalla frente al Barcelona.

Esta misma temporada volvió a tomar las riendas después de que Pako Ayestaran no lograra sumar un solo punto en las primeras cuatro jornadas. Ganó dos partidos seguidos y, aunque sufrió su primera derrota como entrenador del Valencia al perder en mestalla por 0-2 ante el Atlético, con el fichaje de Césare PrandelliCésare Prandelli nunca imaginó que apenas tres meses después volvería a asumir el rol de primer entrenador y en una situación complicadísima, después de la dimisión del italiano y rozando la línea del descenso. Pocos días después sería confirmado hasta final de temporada, lo que le daría por primera vez la oportunidad de trabajar más a fondo con los futbolistas y de imprimir su sello al equipo más allá de una solución de urgencia. A pesar de sus números, hasta la fecha el club no le ha demostrado confianza plena para iniciar el próximo proyecto y hay otros nombres sobre la mesa.