José Ramón Alexanko y Mateu Alemany deben elegir muy bien a sus generales. Para no cometer los errores de temporadas recientes habrá que sacrificar futbolistas importantes dentro del vestuario. Por encima del número, el cambio de mentalidad implica valores cualitativos y hay jugadores cuya influencia termina afectando negativamente a la dinámica de grupo y a su genética competitiva. Nani (30 años) no desempeña una función jerárquica elevada dentro del escalafón -tampoco se le ha visto demasiado interesado en ella-Nani , pero sí es un futbolista con prestigio y próximo a los oficiales. El portugués ha demostrado que bien rodeado es capaz de marcar la diferencia. Suma cuando la dinámica es positiva. Sin embargo, no es el tipo de líder que recoge al grupo y es capaz de levantarlo en las malas o en los momentos de duda. Todo lo contrario. Su trayectoria no admite dudas sobre sus aptitudes, otra cuestión es su personalidad. En esa dirección, el partido del Santiago Bernabéu volvió a insistir en su peor versión, la del futbolista que juega para él, no mide las consecuencias de sus palabras o prefiere marcharse tres semanas a Italia para recuperarse de una lesión. Nani está bajo sospecha. Se esperaba otra actitud siendo una de las apuestas fuertes para ser hombre franquicia.

Como SUPER y Levante EMV han informado, técnicos y directivos hablaron de Nani en el regreso a València. No gustaron sus formas en el duelo ante el Real Madrid. Su temporada ha estado marcada por los altibajos y le quedan tres partidos para dejar un buen sabor de boca. No lo tiene fácil. Voro recriminó sobre el terreno de juego su baja intensidad a la hora de cerrar el centro de Carvajal, que acabó en el gol de Cristiano. El míster decidió sustituirle en el minuto 70 por Rodrigo y tardó más de un minuto en salir del campo, cuando el Valencia todavía trataba de igualar el 1-0. Hasta los valencianistas que estaban en el Bernabéu protestaron por su calma excesiva. Así es Nani. Ante la Real Sociedad, volvió al once después perderse ocho partidos desde las dos lesiones musculares que encadenó desde el 22 de febrero. Ya había jugado minutos ante Sevilla y Málaga, incluso Voro le cambió ante la Real en el minuto 70, después de marcar el 3-1 pensando en el Madrid. Pero nada. La respuesta fue decepcionante. Cero interés en un partido perfecto para reivindicarse. Se supone que Nani fichó para competir en escenarios y ante rivales así, pero no.

Cadena de lesiones

El portugués se ha perdido 14 partidos por lesión esta temporada. Ha sufrido cinco. Todas musculares. La última fue la que le llevó durante 21 días a Italia y terminó cristalizando en un periodo de baja de cerca de dos meses. Durante el curso no ha tenido continuidad. La temporada pasada lo jugó casi todo en el Fenerbahçe turco y después lo dio todo durante la Eurocopa de Francia, donde fue campeón. Su pretemporada fue atípica y puede estar en el origen de esos problemas, porque llegó exprimido. El próximo verano, el contexto será similar ya que -salvo sorpresa- estará en la Copa Confederaciones de Rusia. Todo eso también debe valorarlo Alexanko.

Un ´líder´ diferente

El Valencia invirtió 8,5 millones de euros en Nani para sacarle de Estambul y no ha respondido a las expectativas. La inestabilidad del club le ha pasado factura, como a todos. También se ha hecho evidente que sufrir no va con su idea de juego: discurso crítico con el proyecto y con su afición, nada de autocrítica. El partido del Bernabéu recuperó todas las dudas y los fantasmas. El fútbol ha demostrado que Nani no puede ser tu líder, pero sí tiene categoría para ser importante y marcar la diferencia. Las estadísticas insisten en su capacidad de impacto. En asistencias, ocasiones creadas, regates, centros y disparos está entre los tres mejores del Valencia esta temporada. La cuestión es si conviene quedarse con un futbolista así, si merece la pena rodearle bien -consicente de su carácter- y creer en su hambre por competir camino de los 31 años.