Se cumplen 25 años de su retirada, ¿25 años después qué recuerda de aquel día?

De ese día recuerdo casi todo, pero sobre todo la semana anterior. Lo único que tenía ganas ese día era de que se acabara todo, no dormí en una semana, todo eran reconocimientos, homenajes, cenas... mi intención era jugar todo el partido, físicamente me encontraba bien, pero duré solo 27 minutos. No podía más. Le dije al árbitro que parara. Le dije "para el partido que me voy". Recuerdo la despedida, como me trató la gente, como me hizo llegar su cariño.

¿Y ahora qué?

Disfrutando de mi casa en algo que me encanta, me siento valorado, sin tener ningún compromiso deportivo, sino simplemente representar a mí club.

Representar al Valencia es mucha responsabilidad.

Hay veces que me cuesta hasta soltar palabras, porque no sabes bien hasta donde puedes llegar. Lo de ir como embajador del Valencia en un acto no es sencillo. En todas partes hay gente mayor y te reconocen. No he sido más que un jugador del Valencia, hay gente más importante futbolísticamente, pero no ha tenido la recompensa que estoy teniendo ahora, que es trabajar para el club.

Ese concepto de representar al club en este momento, dados los resultados, tiene más importancia.

Si ya es difícil hablar delante de gente muy apasionada al Valencia, encima excusar dos años horrorosos es más difícil aún. A la gente se le ve que quiere que empiece ya el año que viene para arrancar de nuevo. No hacen falta muchas palabras. Yo lo viví cuando descendimos. Hubo un gran cambio, con más de 30.000 socios cuando antes en Primera no éramos ni 18.000 socios.

Esas ganas de ilusionarse de otra vez han visto en el Mestalla en el play-off.

Sí. Se ve las ganas de la gente de fútbol. Con poquito que le das la afición está ahí. Piden entrega y amor hacia unos colores.

Qué difícil es decirle a la gente ahora que vuelva ilusionarse.

Es normal que haya gente más creyente y más escépticos. Lo que quiere la gente es ir a Mestalla, que el equipo gane y poder pasar una semana feliz con la victoria de tu equipo. Y si encima coges los años que te toca pelear por un título, el ciclo bueno con hornada de jugadores que puedan responder a lo que es el Valencia.

¿Con el fichaje de Marcelino se ha acertado?

Sí. Se va a juntar un equipo que necesita ser importante con un entrenador exigente y con ganas de ser importante también. Marcelino puede dar con la tecla necesaria para que vuelva el mejor Valencia. Va a exigir mucho a los jugadores.

El fútbol ha cambiado pero no en la exigencia que tiene que tener un club como el Valencia.

Sí, pero el entrenador tiene que ser exigente porque el club es exigente. Históricamente eres el tercero o cuarto más grande de España.

¿Cuál fue el entrenador más exigente en su carrera?

Alfredo di Stéfano para mí ha sido el más completo en todos los aspectos. Y a nivel de exigencia al cien por cien fue Víctor Esparrago. Cada vez que empezaba una pretemporada pensaba que era mi última temporada en el Valencia.

¿Eran duras las pretemporadas?

Mucho. Luego los números están ahí. Miras las plantillas de esos tres años y el equipo ha tenido mejores plantillas pero en esos años para ganarnos los rivales tenían que sudar sangre. Con eso está todo dicho.

Ese es el Valencia que tiene que construir Marcelino, que ha sido el Valencia de Cúper, de Benítez...

La idiosincrasia del Valencia ha sido el ser un equipo temido, aguerrido, al que nadie se quería enfrentar... ese es el Valencia que tiene que conseguir Marcelino.

Es lo que dice Marcelino...

Y lo que dicen el Madrid y el Barça, que jugar en Mestalla es venir a sufrir. Son teóricamente superiores en todo pero Mestalla es siempre un campo complicado para todos.

Sin entrar en polémicas, es comprensible que el club atienda a todas las peticiones del entrenador, ¿no?

Yo creo que su llegada te dice que se le ha escuchado. Otra cosa es que hay que mirar de qué manera se puede planificar esa plantilla que quiere Marcelino, y creo que no hay otra que esperar. Yo soy uno de los que sufre, que está desesperado por ver "el Valencia ha fichado", "el Valencia ha llegado un acuerdo de salida con tal jugador"... aquí nos jugamos todos mucho, pero el que más se juega es Marcelino. Él acepta este reto, está dispuesto a asumirlo y ser una persona importante estos dos años en el club. Hay que apoyarle ¿Cómo? Aquí siempre se habla de dinero, de contrataciones y de despidos. Hay que acertar y hacer un equipo que corresponda a las exigencias del club.

¿Hay que lanzar un mensaje de esperanza a la afición?

Yo sí lo creo. A Mateu Alemany lo conozco poco pero me consta que tanto él como Alexanko que van a hacer todo y más para confeccionar una plantilla competitiva y mirando para bajo siempre. El espejo donde nos hemos visto mucho, el camino que ha marcado el Mestalla con su actitud, con su entrega y su forma de llorar... han dado una lección a muchos jugadores. Han sido muy honestos.

¿Qué lección?

Si has disfrutado con ellos, yo que he jugado en el Mestalla, he sufrido y he disfrutado con ellos... me reflejo en ellos, han sido el mejor exponente de lo que es el valencianismo.

Y la afición lo ha detectado...

Míralo. Yo he jugado más de 500 partidos en el Valencia fuera de Mestalla y no he visto tantos seguidores como en Albacete o en Murcia. Ahí está lo que consiguieron los chavales.

Marcelino se lleva a muchos jugadores a la pretemporada del filial.

Marcelino trabaja por y para el primer equipo pero no olvida lo que tiene por detrás. A poco que alguien se lo merezca va a tener su oportunidad.

Usted fue central y le pregunto por Javi Jiménez del Mestalla.

Creo que a Javi lo único que le falta es ser algo más arriesgado. Tomarse el fútbol como algo menos mecánico y divertirse más jugando. Es tan disciplinado que a veces olvida que hay momentos en los que se tiene que divertir sobre el terreno de juego. Tiene que lucirse y decir aquí estoy yo. Tiene muchas cosas para triunfar.

¿Por qué buscar un cuarto central teniéndolo a él?

Lleva poco tiempo en el Mestalla y lo importante es que se haga importante donde está, aprendiendo con el primer equipo y la oportunidad le llegará. No puede obsesionarse por llegar.

¿Ese mensaje sirve para el resto de canteranos?

Sí. Hay algo por encima de todo. Estos chavales han aprendido a morir por el equipo que defienden. Murcia o Albacete eran superiores pero a mí no me lo demostraron.

Está bien que Marcelino exporte ese gen al primer equipo.

A Curro se le debe dar el merecimiento correcto y necesario. Ha hecho una labor espectacular. Le ha dado forma a un equipo que hace dos años estaba luchando por no descender. Ese mismo equipo lo ha transformado en lo que hemos visto en Albacete. A Curro hay que darle su merecimiento. Es un entrenador muy exigente, que no les ha restado la improvisación pese a estar muy encima de ellos.

¿Tiene pinta de entrenador de primer equipo a medio plazo?

Sí. Tiene carácter, personalidad, es exigente y quiere triunfar en el fútbol. Mira lo que ha ganado como jugador pero siempre ha estado en un segundo termino, las estrellas eran otros y eso lo ha sabido trasladar a sus jugadores. Por eso ha conseguido lo que ha logrado con el Mestalla.

¿Cuál es el peor momento de Arias como futbolista?

El día de mi despedida.

¿Y no el del descenso?

También pero ese no lo quiero recordar. Lo viví y eso está ahí pero no me gusta. Más que el descenso fue el día de Barcelona, que nos ganaron 3-0. Ese día en el vestuario y en el autobús de vuelta a Valencia sabiendo que estábamos en Segunda fue de lo peor que he vivido como futbolista. El día de la despedida me costó mucho, yo me sentía con fuerzas de seguir.

¿Fue con Hiddink?

Sí. Me sentía con fuerzas para seguir, no como titular pero sí como un buen suplente.

Le ´jubiló´ un buen amigo, ¿no?

Paco Camarasa. Y firmaron a Belodedici... a mí me hubiera gustado acabar en el Valencia y no tener que irme al Castellón para jugar un año más. Fue un año maravilloso, eran todo jóvenes y lo disfruté mucho. Hubiera preferido acabar de otra manera.

Ahora se ve a Ricardo Arias

He pasado malos momentos pero nunca he vivido de mi pasado, ni en lo bueno ni en lo malo. Me ha venido la vida así. Lo que sí me duele es haber estado tanto tiempo lejos del Valencia. Me duele porque no sé hacer otra cosa, no he sabido moverme para hacer otra cosa.

Antes ha dicho que yo solo he sido un jugador del Valencia...

Habría que preguntárselo a quien mandaba en el Valencia entonces.

¿Siempre jugó de defensa?

No, yo nunca jugué de defensa. A mí me ficha el Valencia jugando de centrocampista.

¿Quién le cambia?

Pasieguito me hace jugar de defensa. Y ya cuando debuto empiezo a jugar de central, por el aprendizaje en Primera, haciéndome marcar a los mejores jugadores del centro del campo del rival. Hay un partido contra el Atlético de Madrid que me metió atrás por exigencia. Me dijo: "el domingo prepárese que va a jugar de líbero". Y le dije: "Qué es eso?". Me comió tanto la cabeza durante la semana que hice un partidazo y ya de ahí no me movió más.

Forma parte de la historia de los mejores defensas del Valencia.

Jugué con Tendillo seis años y seis años más con Camarasa. Todos los años me querían retirar, desde que cumplí los 30 años me subían un central del Mestalla. Yo sabía de mis posibilidades y vi que el que me podía retirar del Valencia era Quique Moreno. Lo tenía casi todo, era un jugador excepcional pero era más vago que yo entrenando y por ahí pensé que no me retiraba.

Muchos creímos ver una prolongación de Arias en Camarasa.

Yo a Paco el día de mi retirada le di mi camiseta con una intención: que llevara él el 4. Y le dije: «esta camiseta te la doy para que un día me la devuelvas, pero mi sitio lo tienes que ocupar tú».

¿Y qué le dijo Camarasa?

Nada. Estábamos ya los dos llorando.

¿Se la ha devuelto?

No me la ha devuelto (risas). Futbolísticamente me lo he criado yo, a él a Voro y Giner. Todos subieron el año del descenso. Eso fue la creación de un gran patrimonio del Valencia, junto a Quique, Fernando, Arroyo, los hermanos Ferrando, Fenoll y Alcañiz.

Hemos hablado dos veces del descenso y ninguna del ascenso.

El ascenso tiene partes. Está la temporada regular y luego ese invento de play-off que hicieron por primera vez, que a nosotros nos concedió una ligera ventaja porque teníamos la ventaja de puntos sobre los demás, podíamos perder dos partidos de los seis que teníamos que jugar, de hecho los de fuera no ganamos ninguno.

¿Cómo estaba Mestalla aquel día?

Hasta donde yo vi... cuando acabé el partido desaparecí con Alfredo al vestuario a sentarnos allí los dos a fumarnos un cigarro.

Los veteranos sí sabíais qué os llevabais entre manos.

Sí, fue muy bonito pero también se hizo muy largo. Conseguimos crear entre todos el futuro Valencia. Se construyó el resurgir de ese gran Valencia. De hecho a los dos años ya quedamos terceros y jugamos en UEFA. Al año siguiente quedamos segundos... que en esta época hubiéramos jugado Champions.

Eso marcó un punto de inflexión.

Fue muy duro el descenso, sobre todo para los valencianos que estábamos en el equipo. Vivir esa deshonra.

¿Y la honra de devolverlo a Primera en un año?

Bueno, pero pesa más la deshonra. Yo pasé un mal año. No iba ni al colegio a llevar a mis hijos ni a la gasolinera por vergüenza.

No está mal que los futbolistas actuales entiendan eso.

Me parece muy bien. Además yo no me arrepiento de lo que he vivido, ni de lo bueno ni de lo malo. Si hay momentos en los que hay que esconderse, uno se tiene que esconder pero nunca tiene que dejar de dar la cara. Nosotros vivimos de la gente y hay que dar la cara siempre. No vas a ganar todos los partidos ni te van a aplaudir todos los partidos.

Ser jugador del Valencia es algo más que ponerse las botas, entrenar y jugar 90 minutos, ¿no?

Yo creo que eso o se lleva en la sangre o se aprende rápidamente. Y si no se aprende nunca llegas a ser valencianista.

¿En su equipo alguno lo hizo?

Sí.

¿Se puede decir el nombre?

¿Para qué?

¿Ha echado broncas en su época?

Todo depende de los galones. A mí me han pegado collejas a mis 19 años y yo he pegado broncas a algún compañero.

¿Esa figura ha faltado en el vestuario en los últimos años?

Lo que pasa es que el legado de algunos jugadores se hace muy largo y el último gran capitán del Valencia ha sido Albelda. Se echa de menos jugadores de esas características y sobre todo que sea de la tierra. Siempre ha habido. Por eso la gente tiene esa prisa porque surja, como ahora el caso de Carlos Soler.

A Carlos le falta.

Ya le he visto un par de gestitos. Carácter y descaro no le falta... incluso ya se ha encarado a algún árbitro. Ya se le ven esos puntitos de raza. Ese va a ser de los nuestros.

¿Acierta el club queriendo sentar el proyecto a partir de Soler, Gayà y Lato?

Totalmente.

Qué mejor manera de resurgir que volviendo a tus orígenes, ¿no?

Ojalá se asentaran de una manera que llegaran a adquirir la importancia que ellos necesitan y que el Valencia necesita.

La afición siempre recordará sus broncas con Hugo Sánchez

Tuve una nada más. No era bien recibido ni bien admitido. Me consta hasta que tenía problemas con sus propios compañeros. Como jugador era un pedazo jugador. Ese ha sido uno más de los que me he ido encontrando.

¿Hay más?

En la época de Hugo yo estaba en plenitud. Estaba Morete en Las Palmas, Rubén Cano en el Atlético de Madrid, Custodic en el Hércules, carlos en el Athletic, Santillana en el Madrid... era una época de grandes delanteros centro.

¿El peor?

Johan Cruyff. Era imposible frenarlo. Era imprevisible, improvisaba... era algo diferente. Era jugador y entrenador a la vez. Yo lo marqué en el último partido que jugó en España, yo tenía 19 años, pero alguna le robé. Hay una foto muy famosa que sale Cruyff con Mario Kempes, pues era ese partido.

Y él sabiendo que era un jovencillo, ¿se lo hizo pasar mal?

No. No era irrespetuoso ni burlón. Se dedicaba a lo suyo. Su comportamiento era exquisito.

Y hablando de fútbol, ¿qué compañero le ha impresionado más?

Mario. He tenido grandes futbolistas a mí lado y he aprendido de todos pero Mario era diferente. Era un jugador total, no solo estaba para definir y marcar goles, venía a los córners y te ayudaba a sacarla de cabeza. Era el primero en defender y también hacía grandes goles... pero no desmerezco a ninguno del resto de compañeros. En 16 años he tenido grandes compañeros como Solsona, Felman, Saura... he tenido el privilegio de jugar dos años con mi ídolo que siempre ha sido Claramunt.

Conoció al Claramunt cuando era la estrella, le apretaría, ¿no?

Pepe era un genio en todo, ya le pille mayor pero el clásico jugador que todos quieren tener para jugar los domingos.

Claramunt me llegó a decir que ha jugado partidos con una sola pierna y no se dio cuenta nadie.

Eso era normal en la época. No existían tantas gastroenteritis agudas de última hora (risas).

¿Nunca ha tenido?

Una vez tuve una, pero me dieron un pastillón y a jugar.

Y además de Di Stéfano, ¿qué entrenador le marcó? ¿Esparrago?

Después de Alfredo diría Manolo Mestre pero no tengo por que olvidarme del resto. Haya estado bien o mal con ellos todos han sido importantes como Pasieguito, que lo he tenido dos veces de entrenador, Roberto Gil, Paquito, Óscar Rubén Valdez, Marcel Domingo, que no era demasiado de mi agrado. A todos tienes algo que agradecerle.

¿El mejor partido?

Estoy muy orgulloso de la final de la Copa del Rey del 79, para ser mi primera final y tener solo 22 años, salvo la pifia del penalti que piqué con Vitoria como un pardillo. Luego lo falló porque no era penalti.

Luego vino la Recopa.

La Recopa fue tan relativamente cómoda. Teníamos a Mario de matador total, nos plantamos en la final fácil.

Tiró un penalti en la Recopa, el definitivo, ¿no?

Sí. Acabamos la primera tanda y nadie sabíamos que había implantado la UEFA una nueva ley que era a penalti fallado. No nos enteramos hasta después del partido. Pensábamos que era la segunda tanda.

¿Cómo?

Sí, yo le dije al míster que tiraba el penalti pero no sabía que era a muerte súbita, y después de marcarlo, al llegar al centro del campo Cerveró me dice "saps que si arribes a fallar perdem?...". De hecho, si te fijas en las imágenes, Pereira para el penalti y se queda parado, no lo celebra hasta que nos ve ir a todos corriendo hacia él como locos...

Y todavía tiene tiempo de enseñar a los chavales en el Campus Ricardo Arias...

Sí, lo tenemos en Biar, en Alicante, cerca de Villena, y la verdad es que trabajar con los chavales te reconforta, terminas cansado porque tienen mucha energía pero es bonito.

Me interesa, cuénteme, ¿cuándo empieza?

Es desde el 10 de julio hasta el 15, lo hacemos Ciraolo, Juan Carlos Mohorte y yo. Los chavales tienen cinco comidas al día, dos sesiones de entrenamiento por la mañana y por la tarde, con partidos y tecnificación, luego tienen tiempo para pasarlo bien en la piscina, hay pista de tenis, pabellón de fútbol sala...

Vaya, ¿puedo apuntarme?

Hombre, te haríamos un buen precio si vienes (ríe).

Pero ¿cuánto vale?

Pues 240 euros, y quien quiera apuntarse puede hacerlo hasta el día diez de julio.

Pues nos vemos en Biar...

Ven, ven, que te vamos a convertir en el nuevo Claudio López...