Luboslav Penev dirigió el miércoles su primera sesión de entrenamientos al frente del Valencia Mestalla y arrancó su segunda etapa en la entidad blanquinegra. Desde el primer día ha quedado patente la primera premisa en la filosofía del búlgaro: la exigencia. La temporada que se presenta será muy dura, el Grupo III de la Segunda División ´B´ será más arduo que nunca tras los descensos de Elche y Mallorca. Lubo sabe que no tiene tiempo que perder y ha marcado la raya desde el primer entrenamiento. En su primer contacto con los jugadores -que el lunes y martes pasaron las pruebas médicas y de esfuerzo en la clínica Quirón- les ha pedido que se diviertan jugando al fútbol pero ha destacado que lo más importante es la disciplina.

«Yo he sido militar» ha dicho Penev a sus futbolistas, mensaje muy significativo, la adaptación a una categoría con equipos que practican un fútbol tosco y agresivo requerirá de un endurecimiento de la plantilla. El filial está incorporando a jugadores más veteranos y acostumbrados a la categoría, pero a pesar de esto, el grupo será más joven y contará con más juveniles que en años anteriores.

Mensajes que pueden tener trasfondos tan dispares como la disciplina y la diversión sobre el terreno de juego tienen en realidad una dirección común. El búlgaro quiere soldados con la suficiente personalidad y carisma dentro del campo como para no hacerse pequeños en partidos contra veteranos curtidos. Esto se consigue a través de la exigencia, ya no solamente la que el técnico imprima en las sesión de entrenamiento sino en la autoexigencia, que es lo que Penev ha buscado en su discurso. A través de la disciplina y el compromiso de cada jugador con el equipo se espera tener ese perfil de futbolista y que tal y como dijo Lubo el día de su anuncio como nuevo entrenador «se comprometa con el Valencia Mestalla».

El primer día del filial sobre el verde de la Ciudad Deportiva de Paterna ha estado marcado por la intensidad, buscada a través de ejercicios que han tenido el balón como protagonista. El cuerpo técnico quiere conocer cuanto antes las virtudes y defectos de su plantilla para poder definir al detalle que idea de juego implantar, por lo que ha estado muy encima de los jugadores. En principio, el estilo que más le agrada al búlgaro es el ofensivo, ser protagonista en el campo y llevar el peso de los partidos. Hecho que explica la voluntad de introducir el balón con tanta rapidez, renunciando a la idea de utilizar las primeras sesiones para carga exclusivamente física.

César Morgado y Miki Muñoz, las caras nuevas del equipo, han entrenado al mismo ritmo que sus compañeros desde el primer día. El fichaje del cenctrocampista catalán se cerró el martes procedente del Lleida, aunque esto no ha demorado su incursión al equipo. Con estos dos no se cierra el capítulo de llegadas, ya que el club sigue trabajando para cerrar la contratación de jugadores de similar perfil a los dos anteriores, que ejerzan de líderes en un grupo esencialmente juvenil, tal y como hicieron el año pasado los Quim Araújo, Grego Sierra o Sergio Ayala.

Esta política dio un magnífico resultado, ya que el equipo acabó muy cerca de lograr el ascenso a Segunda División y creó una situación competitiva que ha permitido a muchos juagadores explotar su talento y tener opciones este verano de competir por hacerse con un hueco en la primera plantilla, que es el objetivo número uno de la Academia y de Lubo Penev, que tal y como reconoció en su presentación, mantendrá un diálogo fluido y constante con Marcelino García Toral.

La del miércoles fue la primera sesión en Valencia de las siete que realizará el equipo antes de viajar a San Pedro del Pinatar (Murcia) para realizar el primer stage de pretemporada, tal y como viene haciendo los últimos años. Allí tendrán lugar los dos primeros encuentros de la fase de preparación, contra el Lorca de Curro Torres y el UCAM Murcia, recién descenido a la categoría de bronce. En ellos se podrán observar las primeras pinceladas del sello de Luboslav Penev.