La carencia de cash -dinero en efectivo en la caja- no es la única razón que está dificultando la política de fichajes del Valencia CF. Durante los últimos desde el club también se habla del 'Fair Play Financiero' y los quebraderos que provoca en los directores deportivos de turno o el actual director general, Mateu Alemany. El Financial Fair Play (FFP), en inglés, se trata sencillamente del control de salud económica que tanto la UEFA como la Liga de Fútbol Profesional imponen a los clubes con tal de reducir los excesos de deuda que el mundo del fútbol ha generado de manera endémica. La complejidad para el Valencia, y para muchos otros clubes, radica en la obligación de cuadrar el coste total que suponen los salarios de jugadores y cuerpo técnico conforme al techo o límite de gasto que marcan la media de ingresos de las últimas tres campañas y la resta de gastos generales.

Actualmente, en la entidad de Mestalla el límite se acerca a los 115 millones de euros. Las bajas de Ryan (3 millones), Alves (3,5), Santos (3,4), Enzo (9,5) o Bakkali (1) han permitido un respiro en las cuentas del FFP. Sin embargo, la ausencia por segundo año de los ingresos procedentes de la Champions y el regreso a la nómina de un futbolista como Álvaro Negredo, el más costoso para el club, hacen que la capacidad de maniobra siga siendo reducida para abordar todos los fichajes que solicita Marcelino para el eje de la defensa y la línea de medios. Además, en paralelo y más preocupante, se halla la ausencia de líquido, por lo que el mercado de cedidos o un traspaso barato es el territorio abordable por el Valencia que dirige Mateu Alemany. Y lo hace, por cierto, sin ninguna previsión de que el máximo accionista vaya a inyectar capital extra.

El Valencia necesita profundizar aún más en la operación salida. Los futbolistas que, por masa salarial, más pueden aclarar el paisaje de los fichajes son el citado Álvaro Negredo y Aymen Abdennour. En el caso del tunecino, el hecho de que esté siendo muy complicado traspasar a Abdennour por unas cantidades dignas a un club que se acople a sus preferencias ha forzado a los dirigentes a contemplar otras alternativas seriamente como, por ejemplo, la venta de Ezequiel Garay. El argentino también abarca un alto coste y por él Jorge Mendes sí cuenta con ofertas cercanas a 20 ‘kilos’.

¿Cómo se calcula el FFP?

El coste de cada uno de los integrantes de la plantilla se calcula dividiendo el dinero que paga un club por su fichaje entre los años que firma -es decir, la amortización-. A esta cantidad hay que agregar el salario anual en bruto. Por ejemplo, Diego Alves, que ha dejado de estar en nómina al ser vendido al Flamengo por poco más de 300.000 euros, supone un alivio, o un peso menos, en el 'Fair Play' Financiero' de 3,5 millones de euros. Esta cantidad es íntegramente el sueldo por temporada que tenía tras su última renovación de contrato, ya que la amortización estaba completada desde su tercer año en el equipo. El Valencia compró a Alves por tres millones de euros en 2011.

Con Negredo y Abdennour a los motivos deportivos -no entran en los planes de Marcelino- se unen razones económicas para establecer sus salidas como prioritarias. En Turquía se daba en las últimas horas la cesión del ariete de Vallecas al Besiktas, sin embargo, la posibilidad de Inglaterra, que siempre ha preferido, sigue sobre la mesa. Según documentos internos del club, a los que SUPER ha podido acceder, Negredo percibe un salario en bruto por encima de los siete millones, por lo que, sumando la amortización anual pendiente de los casi 30 millones de euros que costó su fichaje, algo más de siete, el coste del delantero rebasaría los 14 millones de euros si el Valencia CF no logra encontrar un nuevo destino a Negredo. En principio, eso no sucederá. El club se ha centrado en quitarse cuanto antes la losa económica que significa y se confía en hacerlo pronto. Incluso, la rescisión es una posibilidad en la mesa.

A esta cantidad el Valencia espera sumar los cerca de nueve millones de coste de Abdennour -un salario superior a los cuatro millones brutos y una amortización anual de 4,5-. Con las salidas de Negredo y Abdennour, que costó hace dos veranos cerca de 22 millones de euros, el Valencia liberaría casi 24 millones de euros en el coste de plantilla. Un gran alivio, superior sólo con dos jugadores al de las salidas anteriores, que valdría para pujar con fuerza por algún deseo del técnico y hacer hueco en el FFP a nuevas inscripciones. Sin embargo, el problema radicaría en el poco líquido que puedan dejar dos jugadores devaluados. De ahí, que apenas haya jugadores intransferibles en este Valencia y Garay y Cancelo puedan ser vendidos para hacer caja. El central, que sí cuenta en lo deportivo, dejaría espacio en las costes de alrededor de diez ‘kilos’.

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