Gonçalo Guedes es un diamante en bruto. En las manos adecuadas, puede hacer la diferencia, sin duda. El portugués representa un reto en dos direcciones. Por un lado, Marcelino incorporará un futbolista capaz de dar un salto dimensional al ataque, como extremo o como delantero. Por otro, el míster tendrá que generar el contexto y el marco de confianza adecuados para que el joven atacante -sólo 20 años- fluya en competición, no se corte y pueda dar rienda suelta a todo su potencial. Guedes necesita continuidad y juego, dos condiciones que no ha encontrado en el París-SG.

Guedes es un atacante explosivo y rápido. La velocidad es una de sus armas principales, el vértigo marca su personalidad. Lanzado y en carrera es un cañón porque hace sentir su potencia atlética. Además, utiliza muy bien el cuerpo. En ese sentido, es un atacante más físico que técnico. Aunque tiene recursos, tiene que mover un chasis de 180 centímetros y se nota en su capacidad de maniobra en espacios reducidos. Otra de sus cualidades es su disparo de media distancia y larga distancia. Guedes golpea duro y puede ser alternativa para el balón parado. El Valencia Valenciaincorporaría un generador de ocasiones tremendo por centro, último pase, desborde y disparo. También provoca faltas. No es perfecto, obvio. Tiene cuestiones por pulir. Por ejemplo, la definición. El portugués busca portería, pero no es un rematador de área pequeña, encaja mejor como llegador. Puede y debe mejorar en el remate, cuestión que corregirá con pausa, control de las pulsaciones y madurez.

Una de las cuestiones que deberá resolver Marcelino es su posición ideal en el ataque: extremo por derecha, extremo por izquierda, segundo delantero o punta. La realidad es que puede rendir en cualquiera. En Benfica jugó como ala durante prácticamente toda su etapa de formación y en el primer equipo también empezó por la banda, con Jorge Jesus y después con Rui Vitória, pero en la pretemporada 2016/17 el actual entrenador benfiquista le preparó para ser segundo delantero. El motivo fue la lesión de Jonas. En el frente del ataque barrió durante el último semestre de 2016, antes de su fichaje por el PSG. Muy activo a la hora de generar y atacar espacios, hizo temblar las defensas de Portugal y Europa gracias a la verticalidad que imprime a casi todas sus incursiones ofensivas. Puede fijar a los centrales y jugar de espaldas, pero no es ese tipo de atacante, ahí pierde una de sus principales armas: la velocidad. Guedes necesita amplitud para galopar, tiene que sentirse ligado al juego de ataque y que impulsen sus arrancadas al espacio.

Morder y atacar rápido

¿Puede funcionar como extremo en el 4-4-2 de Marcelino? La respuesta es sí. Guedes encaja perfecto en la idea de fútbol del míster asturiano. Corre como un loco y realiza un trabajo importante en la primera presión sobre el adversario. En Benfica demostró entrega y capacidad de lucha. Si Marcelino quiere morder y desplegarse rápido, Guedes es su hombre para la banda derecha. Desde la izquierda, rompe en diagonal y se puede potenciar su disparo de media distancia, pero desde la otra banda -casi todo lo hace con la derecha- todo resulta más natural. Tácticamente tiene mucho aprendido, pese a su edad. Sus desmarques de ruptura forman parte de su abanico de movimientos.

En la última Eurocopa Sub-21 ofreció una de sus últimas referencias competitivas. Con Rui Jorge actuó como delantero y como extremo. Su presencia fue uno de los motivos por los que Celades decidió proteger el sector izquierdo dando entrada a Jonny en el lugar de Gayà. La apuesta no funcionó. España superó a Portugal, pero Gonçalo trituró al marcador del Celta y marcó las costuras de Jesús Vallejo, al que hizo sufrir de verdad, sobre todo, cuando se pegó a la banda derecha. Justo donde se espera que lo haga en el Valencia.

Guedes está preparado para el reto. Consciente de su materia prima, el atacante trabajó su físico al máximo desde el final de la temporada 2015/16 para ganar en fuerza y potencia. En Benfica participó en 68 partidos (3.924 minutos) y dejó once goles. En el PSG no ha cuajado porque la competencia en las tres posiciones de ataque es de otro planeta. Antes de la llegada de Neymar, ya estaban Cavani, Lucas Moura, Pastore, Di María o Julian Draxler, que llegó en el último mercado de invierno, como el portugués. El cambio es ideal para Gonçalo porque con Unai Emery hubiera terminado siendo invisible. Su trayectoria recomendaba continuidad en Portugal, más partidos de Champions y abrirse paso en la selección portuguesa, pero Benfica quería hacer el negocio (30 millones de euros, más siete en bonus) y Jorge Mendes arregló el traspasó. Se habló del Manchester United, pero Guedes prefirió hacer una escala intermedia. Ahora llega al equipo que siempre quiso contar con sus servicios. Guedes es uno de los niños prodigio favoritos de Peter Lim.

Responder a las expectativas

Criado en la cantera de Benfica desde muy niño, siempre fue dos años por delante de los chicos de su generación. Jorge Jesús -muy exigente con los jóvenes- le hizo debutar en partido oficial con 17 años, fue en un partido de Copa de Portugal, en octubre de 2014. Esa misma temporada fue el Jugador Revelación de la segunda división portuguesa, donde dejó ocho goles y 14 asistencias. Fijo en las inferiores de Portugal, su nombre ya estaba en la agenda de los ojeadores marcado como talento del futuro. Una temporada antes había guiado al Benfica al subcampeonato de la Youth League: barrió al Madrid de Marcos Llorente o Febas y perdió ante el Barça de Munir.

En Seixal -cantera del Benfica- siempre ha sido considerado estrella. Después de André Gomes, Bernardo Silva o Joao Cancelo, fue turno para Renato Sanches (Bayern) y Guedes. Frenado en París, el Valencia es la ocasión para relanzarse.Valencia